¿El violador es un hijo del Patriarcado?


En los últimos tiempos, la Nueva Izquierda y el Feminismo Moderno se han esforzado por convencernos a todos de que el verdadero responsable de la agresión sexual, el abuso, la violación, es simple y llanamente el hombre.

Se lo acusa al sistema patriarcal, al macho, a la imagen fuerte masculina. O como a algunos medios de comunicación amarillistas les gusta llamarle: la masculinidad tóxica.

Incluso, mucha gente que no adhiere a estas ideologías también está convencida e intenta convencer de que realmente la violación es producto de una sociedad machista con una figura masculina demasiado fuerte, y que los primeros signos de la agresión sexual comienzan a observarse en pequeños actos llamados Caballerosidad, como por ejemplo, el hombre que le abre la puerta del auto a la novia, la deja ingresar primero a un restaurant, o la invita a tomar una cerveza siendo él quien paga.

Pero la pregunta es: ¿Se sustentan estos datos con la realidad? ¿Es culpa de nosotros, los ciudadanos comunes, que haya un número dramático de mujeres víctimas de violación?

La respuesta es NO. Por supuesto que no. Estos datos fantasiosos no son más que una maniobra política paupérrima para manipular a las masas a través del miedo, la indignación, la angustia y los sentimientos, en lugar de atacar la verdadera problemática, que es bastante más compleja (no lo niego) que echarle la culpa de todos los males al hombre promedio.

En primer lugar, el violador no es un hombre común. En la mayoría de los casos, presenta síntomas similares a los de una persona con TPA, es decir, Trastorno de Personalidad Antisocial. A la persona que posee este trastorno psiquiátrico comúnmente la conocemos como sociópata.

Según estudios psiquiátricos realizados con el MCMI-II (Inventario Clínico Multiaxial de Millon), la tipología de un violador es típicamente la de un delincuente. Por su parte, el médico psiquiatra Humberto Castillo, del Instituto Nacional de la Salud Mental del Perú, explica que el perfil psicológico de un violador ya viene configurado desde su infancia. Si bien es cierto que en muchos casos el violador no presenta señales de ser un criminal, lo cual hace que no nos demos cuenta de que lo es, también es cierto que de vez en cuando explotan sus emociones en su mente. Por más que el Feminismo de la Cuarta Ola haya intentado relacionar la imagen del violador con la del macho o el hombre masculino, eso está demasiado alejado de la realidad. Asimismo, el violador es alguien que repetitivamente busca reexperimentar escenas en las que confluyen todos sus miedos, angustias y sentimientos agresivos. El violador es alguien que constantemente pone en juego toda su conflictividad que tiene ya conformada desde su infancia.

Con estos datos nos vamos dando cuenta de que el violador NO ES precisamente un hombre común. No tiene una mente sana. No es una persona masculina. Pero sobre todas las cosas, EL VIOLADOR NO ES UN MACHO. No es alguien que los hombres miremos y digamos "¡Qué macho! ¡Qué buen trastornado sociópata, cómo violó a una mujer!" En la inmensa mayoría de los casos, el violador es una persona que sufrió situaciones de abandono, conflictividad familiar, y en muchísimos de ellos, situaciones en las que fue víctima de abuso sexual siendo utilizado como objeto durante su niñez.

Según el Dr. Castillo, en la mente de un violador se encuentran procesos muy complejos e incluso hay allí una predisposición genética. El violador es cobarde, temeroso, angustiado. También tiene sentimientos de inferioridad y frustración vital. No lo digo yo, lo dice la Psiquiatría.

Además aquellas personas que afirman que el violador es un hombre común deberían tener en cuenta lo siguiente: cada vez que un hombre común tiene en frente a un violador, reacciona descargando toda su bronca hacia él por ser precisamente eso, como suele pasar en muchos videos que vemos en las redes sociales, donde aparecen violadores que son golpeados por el resto de los hombres en su afán de hacer justicia por mano propia a causa del enojo que despierta en ellos, más allá de que algunos imbéciles sostengan que eso está mal, no se justifique, o lo que fuera. 

Acá tenemos un ejemplo:


Es más, ni siquiera los propios delincuentes quieren al violador. ¿Saben cómo torturan y humillan los otros delincuentes al violador cuando entra a la cárcel? De la misma manera. A LOS VIOLADORES NO LOS QUIEREN NI LOS CRIMINALES.

El violador no es un hombre promedio, tal como lo afirman referentes nefastas del Neofeminismo como Malena Pichot, entre otras. El violador es un sujeto con poca o inexistente capacidad de empatía. Es una persona cuya mente trastornada no anticipa las consecuencias de sus actos y con muy posibles historias de abusos sexuales en carne propia. Además considera que tiene derecho a cometer tal o cual agresión, y en muchos casos, la comete durante estados psicóticos o maníacos. No es un hombre común. No es un hombre normal. Mucho menos un macho o un hombre masculino.

El violador no busca sexo, busca PODER. Según la Psicología, uno de los rasgos más comunes del violador es que su objetivo no es en realidad la gratificación sexual sino la búsqueda del ejercicio del poder. Se ven atraídos por la idea de ejercer dominación, de querer que otras personas hagan algo en contra de su propia voluntad obedeciendo y sometiéndose ante los intereses del agresor. Por lo tanto, aquello que el violador busca no es algo genital sino mental, y goza con el sometimiento. ¿Por qué se piensan que no existe una ley para castrar a los violadores? Porque no se trata de una cuestión netamente sexual. Si castráramos a todos los violadores, aún así ellos van a seguir cometiendo agresiones sexuales, ya sea con algún tipo de artefacto o de cualquier otra manera, porque como lo acabo de decir, el violador no busca algo sexual.

Un estudio de Eva Sanz dice que el 86% de los violadores son personas trastornadas por haber sufrido, entre los 6 y 14 años, abusos emocionales físicos y sexuales. No es ni tu perfil ni el mío. La agresión sexual no es culpa de una sociedad patriarcal.

Según meticulosos estudios de estadísticas recopiladas por la National Fatherhood luego de extensas investigaciones, nos encontramos con los siguientes datos:
  • EL 80% DE LOS VIOLADORES PROVIENEN DE HOGARES SIN FIGURA PATERNA (Criminal Justice & Behaviour, Vol. 14, pp. 403-26, 1978)
También ocurre lo mismo con:
  • El 85% de las personas con desórdenes de conducta (Center for Disease Control)
  • El 90% de los jóvenes que escapan de sus hogares (US D.H.H.S., Bureau of the Census)
  • El 75% de los pacientes en centros de abusos de sustancias (Rainbows For All God’s Children)
  • El 70% de los delincuentes juveniles (US Department of Justice, Special Report, Sept. 1988)
  • El 71% de los desertores escolares (National Principals Association Report on the State of High Schools)
  • El 63% de los suicidas (US D.H.H.S., Bureau of the Census)
  • EL 85% DE LOS CRIMINALES ENCARCELADOS (Fulton County Georgia jail populations, Texas Department of Corrections, 1992)
Según Ofelia Pérez, conferencista sobre ausencia paterna y comportamiento humano de la National Fatherhood, las personas que crecen sin una figura paterna son 20 veces más propensas a los desórdenes de conducta, 10 veces más propensas a ser drogadictas, 20 veces más propensas a la depresión, 5 veces más propensas al suicidio, Y 14 VECES MÁS PROPENSAS A VIOLAR.

CLARAMENTE EL VIOLADOR NO ES EL HIJO SANO DE NINGÚN PATRIARCADO. MÁS BIEN ESTOS PROBLEMAS ESTÁN VINCULADOS A LA FALTA DE UNA FIGURA PATERNA, A LA FALTA DE UNA FIGURA MASCULINA.

En resumen, el violador no es un hombre criado por figuras masculinas predominantes. Tampoco es un hombre común y corriente. O un hombre promedio. Como vos o yo. El responsable de la agresión sexual es un sociópata, cobarde, acomplejado, trastornado, frustrado, conflictuado, angustiado, con tipología de delincuente y predisposición genética.

En simples palabras, EL VIOLADOR ES UN ENFERMO.

No nos engañemos más por una ideología o movimiento que nos quiere hacer creer que los responsables de la agresión sexual somos nosotros, los hombres que sí somos comunes y corrientes y mentalmente saludables a diferencia de las personas que poseen todas estas características. No dejemos que nos sigan mintiendo con este discurso de cuarta mientras por detrás nuestro estos referentes políticos le abren las puertas de las cárceles a los verdaderos responsables de las violaciones votando en contra de las leyes que los perjudican, como el registro de violadores, la prisión efectiva para violadores, el endurecimiento de penas para violadores, o a favor del 2x1 para violadores.

Sí, me estoy refiriendo a las representantes del Socialismo y la Izquierda Neofeminista:

Victoria Donda, Myriam Bregman, Margarita Stolbizer, Alicia Ciciliani, Lucila Duré, Gabriela Troaino, Victoria Sosa Capurro, Alcira Argumedo, Norma Abdala de Matarazzo, Graciela Navarro, Mirta Pastoriza, Juliana Di Tullio, Nilda Garré, Berta Arenas, Ivana María Bianchi, Graciela Cousinet, Sandra Noelia Castro.

Es mucho más fácil promover este relato banal que consiste en culpar de las agresiones sexuales al hombre común o la figura masculina heterosexual cisgénero que encargarse de una problemática social que es muchísimo, pero MUCHÍSIMO más compleja que simplemente levantar un cartelito o escribir un hashtag en Twitter que diga "Vivas nos queremos", "Ni una menos" o "Muerte al macho".

Queridos manifestantes, pónganse a trabajar y dejen de engañar y dividir a la sociedad.

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