Ningún extremo es bueno
Si yo quisiera fama o popularidad, definitivamente me convendría agregar como amigos a una enorme cantidad de militantes provida y utilizaría sus aplausos para saciar mi ego y engordar mi orgullo. Pero para conseguir esos aplausos, les tendría que decir parte de lo que pienso y callaría otra, y sinceramente no me interesa ser aplaudido por esta agrupación si para evitar que esos aplausos se transformen en insultos, yo me tenga que ver obligado a traicionar u omitir algunas de mis ideas y pensamientos.
También aprovecho para decir que quienes llamamos a concientizar y pensar en forma independiente debemos tener cuidado con ciertas personas disfrazadas de intelectuales que aparentan ser lo que no son. Me estoy refiriendo a los antifeministas por moda, porque son ellos la otra cara de la misma moneda. No vayamos a creer que hay extremismos buenos y malos, o que la venta de ideales predigeridos es propiedad exclusiva del mercado izquierdista. Todo extremo lleva a una distorsión de ideas y valores.
Aclaro esto porque empiezan a aparecer bufones en las redes sociales que quieren ser más papistas que el Papa, se ponen a jugar a ver quién de todos es más antifeminista, conservador o libertario, y en realidad no hacen más que banalizar y tergiversar temáticas y debates que deben ser abarcados con recursos, inteligencia y astucia de los cuales estos ridículos carecen en su totalidad. Ridículos que divulgan epítetos misóginos en las redes creyendo (y queriendo hacer creer) que han descubierto la pócima mágica para contrarrestar la radicalización del Feminismo de Cuarta Ola, pero no logran convencer a nadie que esté mínimamente informado. Los veo despotricar contra el Feminismo de Primera Ola comparándolo con el "Lesbianismo Político" que es el actual. Los veo arremeter contra las sufragistas comparándolas con estas muchachas carenciadas de atención, que exhiben sus heces frente a una catedral como si éstas fueran el máximo regalo que pueden ofrecerle a los dioses.
En su empeño por demostrar que ningún tipo de Feminismo ha sido bueno jamás en la historia de la humanidad, estos bufones vociferan sobre lo violentas o elitistas que fueron las feministas sufragistas, lo misándricas que fueron aquellas que reclamaron la patria potestad compartida, y cuán ignorantes y deshonestos somos aquellos que reivindicamos la esencia de la Primera Ola del Feminismo, llevando a cabo estos botarates un pseudo revisionismo histórico que se sustenta netamente en las primeras búsquedas de Google o los primeros párrafos de Wikipedia. Por supuesto que nadie va a negar que el Sufragismo fue un hito en la historia del Feminismo, pero su Primera Ola data de muchísimo antes de la Convención de Seneca Falls (1848).
La Primera Ola del Feminismo data del año 1673, cuando un hombre (SÍ, UN HOMBRE) llamado François Poullain de La Barre publica el libro "La igualdad de los dos sexos", y poco después, otras dos obras sobre las mismas temáticas, tituladas “La educación de las damas para la conducta del espíritu en las ciencias y las costumbres" y “La excelencia de los hombres contra la igualdad de los sexos”. Claramente, la Primera Ola del Feminismo no surge a partir del Siglo XX, el Sufragismo, ni tampoco de la mano de la patria potestad compartida. La Primera Ola data de tres siglos antes.
Asimismo, estos farabutes que se prostituyen por atención y hasta tienen actitudes realmente misóginas no hacen más que transmitir desinformación y embarrar el campo de aquellos que llamamos modestamente a cuestionar las ideas impuestas por la hegemonía y las mentiras de los medios masivos de comunicación. Me atrevo incluso a redoblarles la apuesta, y afirmar que efectivamente hace falta una resurrección de la Primera Ola del Feminismo, porque si esta ola hoy resucitara, aquellas feministas ignorantes que claman a viva voz que "un hombre no puede opinar sobre el Feminismo" cerrarían sus bocas al enterarse que dicho movimiento surgió gracias a la obra de un hombre...
Si esta Primera Ola resurgiera, aquellas incultas que aseguran que no se puede ser feminista y conservadora callarían sus fauces al conocer que el Padre del Feminismo fue un joven sacerdote, y aquellas anheladas terminarían de comprender que las leyes de cupos conllevan algo que se denomina Discriminación Positiva, porque ya en dichos tiempos, Poullain de La Barre hablaba acerca de este tema.
Reivindiquemos la figura de este sacerdote. Por lo tanto, reivindiquemos tales obras que acabo de mencionar y que han colaborado para el avance de las sociedades.
Estudien, fórmense e infórmense. No compren ideologías envueltas en paquetes de plástico. Ni de un lado ni del otro. Si quieren defender una postura, háganlo, pero piensen por sí mismos. Y sobre todas las cosas, que tu pensamiento no se base en ser "anti", porque si fuera así, estás muerto en mente y en vida, como lamentablemente está pasando dentro de los planteos que se hacen sobre el Progresismo y el Feminismo Moderno, donde comienzan a aparecer personas que piensan en forma masificada y colectivista. Personas que están empezando a actuar en piloto automático, reaccionando sin analizar sus palabras, lo cual los vuelve predecibles. Están empezando a coincidir con el mismo comportamiento de los colectivistas de izquierda y las feministas de Cuarta Ola, y al igual que ellos, se van transformando en seguidores de una moda. Inevitablemente, varios conservadores, libertarios, derechistas y pseudo derechistas están convirtiéndose en lo que tanto detestan. Y no es por ahí...
· Colgados de este surgimiento de la Nueva Derecha, hay más de un reivindicador del Golpe del 76 sonriéndose.
· Colgados de este cuestionamiento al Feminismo de Cuarta Ola, hay más de un misógino camuflando su odio.
· Colgados de esta crítica al lobby LGBT, hay más de un homófobo frotando sus manos.
Por ende, sean cuidadosos, porque si vamos a reducir nuestra capacidad intelectual y fortaleza espiritual a simplemente ponernos la camiseta de Boca Juniors o la de River Plate, entonces no habremos aprendido NADA, y por lo tanto, nada de lo que hagamos servirá para algo.
Como decía el gran Jorge Luis Borges, hay que tener cuidado al elegir a los enemigos porque uno termina pareciéndose a ellos...
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