¿La Comic-Con Argentina es un lugar inclusivo?


Mientras se habla de la inclusión, el respeto, la igualdad, yo hablo de la revolución de los ricos.

Un periodista llamado Federico Wiemeyer, de uno de los medios hegemónicos más populares de la Argentina, dijo lo siguiente respecto del evento Comic-Con Argentina:

"Todos se sacan fotos, se ayudan, se respetan. Flota una tolerancia inusual para la Argentina de estos tiempos. Comic-Con es el lugar más inclusivo del país. Porque no es pour la galerie, es en serio. Nadie declama inclusión. Acá está. Ni más ni menos. Cosa de nerds".

Ahora bien, la entrada a la Comic-Con sale 900 pesos.

Estamos refiriéndonos a un evento que es neta y EXCLUSIVAMENTE para consumir, para comprar cosas que nadie necesita. Y no está mal que alguien quiera darse un gusto y comprarse un muñeco o una historieta. Cualquiera está en todo su derecho. A lo que voy es a que este no es el sitio más inclusivo del país por nada del mundo. Estamos viendo las cosas en una cajita muy chiquita, en la que todo se mide por si estás desde la clase media acomodada para arriba.

¿Cómo podemos decir que el lugar más inclusivo de Argentina es un evento para el que la entrada sale casi 1.000 pesos? Y en caso de que 900 pesos sea el pass price para los 3 días, la entrada no bajará de los 600 o 500 pesos; además de que es un lugar que está organizado exclusivamente para la compra de productos. ¿De qué inclusión estamos hablando? Y no solamente eso, ya que la Comic-Con Argentina se hace a metros de la Villa 31. Es inentendible que un periodista, del medio más conocido del país, salga a decir semejante locura. Esto es algo ABERRANTE.

Pero no pasa por lo que dijo este tipo, sino porque estamos todos muy confundidos. La inclusión de la que todos se llenan la boca es para gente de clase media, media alta y alta. "¡Qué inclusivo! ¡Se gastó 250.000 dólares en parecerse al sexo opuesto!" "¡Qué inclusivo! ¡Se gastó 400.000 dólares en parecerse a un alien!" ¿Y qué pasa con la persona transgénero que no tiene recursos, es pobre y se tiene que conformar con la mentira de que el sexo no está en la anatomía y es una construcción social? Al que no puede, le vendemos eso. Y al que puede, le cobramos un precio por la entrada; sin mencionar que en dicho lugar (que supuestamente es el más inclusivo de Argentina), hay que llevar por lo menos entre 3.000 y 5.000 pesos más para comprar las estupideces que a muchos de nosotros nos gustan; debo admitirlo. Las figuras de acción, los muñequitos, las historietas, las novelas gráficas, conocer a un autor, a un dibujante. Obviamente que eso nos resulta entretenido. Pero no me voy a mentir diciendo "¡Qué inclusivo! ¡Estoy en la Comic-Con Argentina y tengo que pagar para ingresar!" Por favor...

Yo siento que mi generación está atravesando por la revolución de los ricos y de los nenes caprichosos. En los patios de comida de los shoppings, suelen haber padres que no ponen límites a sus hijos. Entonces, cuando un niño le pide al papá que lo lleve a comer a McDonald's, él le dice que no; pero luego de que el pibe insista y haga un escándalo, al padre no le queda otra opción que llevarlo a comer allí. Lo mismo ocurre cuando pasan por la vidriera de una juguetería. Ante el pedido y la insistencia del chico, el padre termina sacando dinero de la tarjeta y comprándole el juguete. De este modo, yo creo que esa es la generación que está dominando a la opinión pública; o en su defecto, a la opinión publicada. Siento que por momentos, somos presos de estos chicos caprichosos, que crecieron y no ven más allá del juguete, la hamburguesa de McDonald's, y demás. Por ejemplo, basta con ver cuando piden a los gritos el aborto pagado por el Estado.

Nos encontramos con cuestiones disparatadas, como escuchar a alguien decir que el espacio más inclusivo del país requiere de un pago de 900 pesos la entrada para poder ingresar al mismo; o vemos grupos de activistas veganos que van a la puerta del McDonald's de Av. Callao o Av. Corrientes en Microcentro (por supuesto; nunca están en los monoblocks de Moreno) a decir que "comer carne es muerte". Vayan a decirle a la familia de Néstor Femenía que no coman carne, descerebrados...

En resumen, la revolución de los ricos, los caprichosos, los malcriados, está formada por chicos idénticos a aquellos que cuando tienen 7 u 8 años, le piden a los padres que les compren el juguete, la hamburguesa, la comida chatarra, el peluche, etc. Al igual que el padre a su hijo, nosotros le tenemos que dar a esta gente todo lo que nos piden; y tenemos que jugar a este juego que consiste en hacer de cuenta que la inclusión es gastarse 250.000 dólares en ponerse tetas y transformarse en una muñeca inflable, o que el ambiente más inclusivo de la Argentina es un evento en el que si no tenés alrededor de 1.000 pesos para entrar, NO PODÉS ENTRAR.

Yo me pregunto: ¿Estoy loco? ¿O estamos frente a algo absolutamente insólito, una suerte de idiocracia que nos gobierna en términos culturales en las grandes ciudades y a través de los medios?

Acá hay chicos caprichosos de 30 o 35 años que siguen pensando como chicos de 8 que quieren el juguete. Ni más ni menos. Realmente, nuestra generación nos está conduciendo hacia un sistema netamente idiocrata, en donde reina la idiocia, y todo pasa por lo que un grupo de jóvenes de clases acomodadas deciden; decretando qué es lo inclusivo, qué es la tolerancia, qué es la igualdad, al mismo tiempo que apuñalan al candidato presidencial de Brasil que hoy es Presidente. De hecho, el medio para el cual trabaja este periodista que yo recién cité habla del lenguaje provocador de ese candidato de derecha apuñalado. O sea que el intolerante no es el que apuñala, sino el que recibe la puñalada; porque en cierta forma, se lo buscó. ¿A qué les suena eso? Yo les digo: a lo mismo que después criticamos de aquellos que justifican al violador porque la chica violada tenía una pollerita.

No hay códigos claros. Hay una doble moral constante. Aquel que plantea endurecer las penas es un fascista; pero aquella mujer que escribe en una pared "matá a tu papá, a tu hermano, a tu novio" es tolerante. Un evento exclusivo de orden privado para ciertos grupos de personas (en el que cobran un precio alto por la entrada) es el lugar más inclusivo del país. MUY extraño todo.

Por último: ¿Cuánto tiempo va a tardar en salir a la luz que la Comic-Con Argentina NO es una franquicia de la Comic-Con estadounidense, sino únicamente el robo de un nombre que es genérico?

Comic-Con significa Comic Convention. La original, que es la de San Diego, ya cerró varias franquicias falsas en algunas partes del mundo. Todavía no llegaron acá, pero es una farsa.

Y para hacer un poquito de inclusión social, sepan que mientras muchos pagan 600 o 900 pesos la entrada, se puede entrar gratuitamente por la puerta de atrás en la cocina después de determinado horario, sin que nadie esté vigilando o cuidando por la seguridad de las personas. No digo esto para llamar a que la gente se meta de forma ilegal, sino para que concienticemos sobre qué clase de seguridad es la que nos brinda un evento de esta característica.

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