El dato sobre Jesús que pone en jaque a los progresistas


A partir de la década anterior, hemos sido testigos de una nueva creencia supersticiosa que ha logrado permear en la educación, la cultura y hasta en las leyes. Algo así como el Medioevo, pero en pleno Siglo XXI. Esta creencia está "sustentada por estudios", y afirma que un hombre puede ser (si así lo siente) una mujer, un perro o una niña de 5 años.

Hoy en día, hay incluso leyes que amparan y garantizan esta premisa, poniéndola por encima de cualquier tipo de evidencia observable, y permitiendo de esa forma que si un violador condenado por violar mujeres dice identificarse como mujer, éste deba ser recluido en una cárcel femenina; o que una causa por violencia de género quede sin efecto si el acusado decide sentirse mujer, entre otros ejemplos.

Lo que importa no es la verdad, sino que no ofendamos a nadie si llegamos a cuestionar esta creencia supersticiosa que se nos impone, al igual que cuando te confinaban al encierro o te mandaban a la hoguera si cuestionabas la cosmovisión geocentrista que tenían la Iglesia y el Feudalismo en cierto momento de la historia.

En Argentina, la Ley de Identidad de Género es la 26.743; y decreta que la identidad de género es la vivencia interna e individual del género, tal y como cada persona la siente. Es más, hemos escuchado el "argumento" de que la ciencia médica se equivoca al asignarnos un sexo cuando nacemos. O sea, se plantea que son los médicos los que están errados, y no las ideas supersticiosas. 

Ya pasamos por esto anteriormente. Sin embargo, otra vez nos encontramos con ideas demenciales, pero que actualmente son defendidas por la Izquierda. Me estoy refiriendo al mismo sector político que aborrece a la Iglesia Católica y al Cristianismo, y que acusa de atrasar 1.000 años a todos aquellos que tengan una postura teísta o practiquen alguna fe. Para la Izquierda Progresista, la única iglesia que ilumina es la que arde.


Los zurdos consideran que todas creencias religiosas son supersticiones, fábulas, textos machistas, patriarcales, ideas retrógradas; y se encargan de perseguir encarnizadamente a cualquier creyente o practicante de la fe cristiana.

Pero atención, porque acá viene lo divertido:

Los zurdos no están teniendo en cuenta sus propias supersticiones.

Ustedes se preguntarán por qué digo esto. Y voy a explicarlo mostrándoles un dato vinculado justamente a la religión.

Supongamos que los izquierdistas están en lo cierto. Haremos de cuenta que la autopercepción está por encima de cualquier evidencia observable. Uno es lo que siente, lo que se autopercibe. Todo depende únicamente de cómo nos identificamos; y quien recurra al conocimiento científico para negar la autopercepción de un individuo está siendo discriminatorio y cometiendo un delito de odio. Perfecto. Juguemos con estas reglas.

Ahora, aprovecho para decirles que Jesucristo se autopercibía el hijo de Dios. Por ende, los izquierdistas van a tener que dejar de vandalizar iglesias y convertirse ya mismo al Cristianismo. ¿O van a estar negando la identidad autopercibida de alguien, lo cual sería el equivalente a cometer un delito de odio?

Y aclaro que no estoy inventando nada. En el texto neotestamentario, está escrito efectivamente que Jesús de Nazaret se autopercibía así.

Acá les doy algunos ejemplos:

Jesús le dijo a Pedro: "Bienaventurado eres, Simón, hijo de Jonás, porque esto no te lo reveló carne ni sangre, sino Mi Padre que está en los cielos". Mateo 16:17

Respondiendo Simón Pedro a Jesús, dijo: "Tú eres el Cristo, el Mesías, el Hijo del Dios viviente". Mateo 16:16

Jesús le habla a Dios: "Ahora, pues, Padre glorifícame tú al lado tuyo, con aquella gloria que tuve contigo antes que el mundo fuese". Juan 17:5

Respondiendo a una pregunta de María, Jesús dice refiriéndose a Dios: "¿No sabes que yo debo estar en los asuntos de mi Padre?" Lucas 2:49

Definitivamente, está claro que Jesús de Nazaret se autopercibía como el hijo de Dios. Y con las leyes y normas de hoy en día, tenemos la obligación de creerle, en lugar de poner en duda su identidad autopercibida. No hay que cuestionarlo bajo ningún punto de vista, y mucho menos negarlo. Hacer eso sería algo ofensivo y discriminatorio.

Lo mismo ocurre con la Virgen María. ¿De verdad vamos a cuestionar la identidad sexual de alguien en pleno 2022? Si ella dijo que es virgen, entonces es virgen. No podemos discutirlo. De lo contrario, estaríamos haciendo apología del odio.

No es ni siquiera coherente que por un lado, tengamos que creerle a un gordo de 57 años cuando dice que él es una chiquita de 5, o que mandemos a un pederasta condenado a una cárcel de mujeres al haber decidido sentirse una chica, pero que no podamos creer en la identidad virginal de una joven mujer.

Conclusión:

Si quieren hacer estallar la cabeza de un progresista, muéstrenle cómo se autopercibía Jesús de Nazaret, e invítenlo al Cristianismo en busca de no cuestionar la identidad autopercibida de alguien, evitando así que esta persona cometa un delito de odio.

Comentarios