La educación cubana no es un buen ejemplo a seguir
La crisis cubana no se explica meramente por motivos sanitarios, el COVID-19, o una pésima gestión pandémica por parte del gobierno cubano. La crisis obedece a 62 años de tiranía comunista ininterrumpida; a pesar de que los medios de comunicación hagan todos sus esfuerzos para darte a entender a vos que Cuba está teniendo únicamente el mismo problema con el que se encontró sumergido el resto del mundo como consecuencia del coronavirus, y que por cierto, ya comenzó a recuperarse económicamente durante este año.
En verdad, lo que tiene lugar en Cuba es una reacción contra un régimen que lleva más de medio siglo aplastando libertades individuales.
Y en esta nota, quiero compartir con ustedes la desmitificación de una de las mentiras más grandes que nos hemos tragado durante años sobre la dictadura castrista:
Me estoy refiriendo al falso ejemplo a seguir de la Educación Cubana.
En reiteradas ocasiones se han escuchado voces acerca de lo maravilloso que es Cuba en este aspecto. Varias veces nos han dicho que los logros educativos de la Revolución son motivo suficiente para legitimar el apabullamiento de las libertades individuales de los cubanos. La mayoría de las veces no lo dan a entender de forma explícita sino implícita. Por ejemplo, cuando uno hace referencia a las violaciones sistemáticas de los derechos humanos en Cuba, inmediatamente se le contesta diciéndole que Cuba tiene una buena y envidiable educación, y que ésta es una de las mejores del mundo.
Curiosamente, las personas que argumentan de esa manera no se han educado en dicho país. Jamás en su vida han pisado una universidad cubana, ni tampoco han ido a una escuela. A la hora de elegir una universidad para hacer un posgrado, no se les cruza por la cabeza mirar la oferta educativa de Cuba. ¿Saben hacia dónde mira esa gente? Hacia Estados Unidos o los países europeos. Igualmente es lógico que los izquierdistas no vivan su vida de acuerdo a sus pensamientos, ya que por definición, la Izquierda es hipócrita; además de contradictoria, peligrosa, y tantas otras cualidades.
Dicho de otra forma: antes de la década del 60, Cuba ya era uno de los mejores países educativos en nuestra región.
Previo a la irrupción del Castrismo en 1959, Cuba ostentaba la formidable cifra de un 80% de la población alfabetizada. Para aquella época, este era un índice deseable por el resto de los países. Por ejemplo, fíjense que antes de los años 50, El Salvador y República Dominicana tenían una alfabetización menor al 40%; Perú y Brasil, al 50%.
Por ese entonces, en lo que compete a la alfabetización, Cuba ocupaba el puesto nº30 en el mundo.
Todos estos datos son de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, conocida en inglés como United Nations Educational, Scientific and Cultural Organization (UNESCO); y han sido citados en American Enterprise Institute for Public Policy Research (AEI), en un informe titulado "Let Cuba be Cuban Again", nº2, February 2007, p. 2. Como son datos públicos, también pueden encontrar esto en muchas otras fuentes.
Por su parte, el Anuario Estadístico de América Latina 1959 informó que en ese año, Cuba estaba entre los 5 primeros países de Iberoamérica en publicaciones de prensa, con una circulación diaria de 101 ejemplares cada 1.000 habitantes. Por supuesto que este es un dato indirecto, pero claramente habla de la alfabetización, el consumo de prensa escrita, el nivel cultural de un pueblo, y en cuánta medida se realizan sus publicaciones gráficas.
En 1958, Cuba fue el país de América Latina con el mayor presupuesto dedicado a la educación; con el 23% del total. Seguido por Costa Rica (20%), Chile y Guatemala (16% cada uno). Esta cifra proviene del libro "América en Cifras", de la Unión Panamericana. Esto significa que antes de la revolución comunista, Cuba ya dedicaba una parte muy importante de su presupuesto público a la cuestión educativa.
Cuando los hermanos Castro confiscaron todas las propiedades que había en la isla en 1961, Cuba tenía apenas un poco más de 6 millones de habitantes; pero contaba con 10 universidades. 4 en La Habana (1 pública y 3 privadas), y 6 en provincias. Entre ellas, se encontraban Pinar del Río, Santa Clara, Cienfuegos, Camagüey, Holguín y Santiago de Cuba. Además, en la capital cubana había 5 institutos públicos de segunda enseñanza; donde los graduados obtenían su título de bachiller y estaban en buenas condiciones para comenzar una carrera universitaria, con vistas a forjar su futuro. Asimismo, se diseminaban por la isla numerosas escuelas públicas pagadas por el Estado, como Profesionales de Comercio, Normales para Maestros, Profesionales de Bellas Artes, Profesionales de Ingenieros Agrónomos, Profesionales de Arte San Alejandro, entre muchas otras. Lo mismo ocurría con Instrucción Primaria, registrándose para el año 1958 una cantidad equivalente a 300 escuelas públicas en La Habana y sus alrededores; a razón de una por barrio. Además había unas 600 escuelas más en el resto de la isla. Adicionalmente, se contaban 300 institutos privados más.
Los datos de este último párrafo están extraídos de José Luis Fernández, del 8 de Octubre de 2010, en un artículo titulado "La educación de Cuba, otra canallesca mentira".
En tanto, la Cuba actual mantiene proporciones muy parecidas a las que les acabo de comentar. Pero en 2021, la población ronda los 11 millones de habitantes. Casi el doble de lo que había en 1958.
Otras cuestiones a tener en cuenta pueden ser las siguientes:
La educación cubana es hoy en día puro adoctrinamiento. Y no es algo que se me ocurre a mí. Fidel Castro lo ha dicho muchas veces. Por ejemplo, luego de 1959, Fidel afirmaba:
"La universidad es para los revolucionarios".
Cuando habla de los revolucionarios, se remite a los partidarios del régimen. En otro momento, dijo lo siguiente:
"Hay que hacer de cada joven un estudiante; de cada estudiante, un comunista; y de cada comunista, un soldado de la revolución".
Resumidamente, la educación cubana está allí para formar revolucionarios, adictos al régimen castrista. En ese sentido, un economista cubano llamado Armando Ribas tenía mucha razón cuando decía:
"Educar en el Marxismo es como amamantar con alcohol".
Carlos Alberto Montaner, periodista cubano, también dio su opinión en relación a este asunto. Sus dichos fueron:
"Cuba es el único país del mundo en el que los ingenieros y los médicos viven casi como pordioseros y se desplazan a trabajar en bicicletas o a pie. Es el único país en el que los maestros y los técnicos medios viven en condiciones materiales que en el resto del mundo occidental solo conocen los analfabetos".
En efecto, ¿de qué sirve tanta (supuesta) educación si en definitiva uno va a vivir una vida miserable y sin libertad? ¿Uno está dispuesto a llevar una vida en esas condiciones? ¿Se puede vivir en situación de pobreza, en muchos casos extrema, como le está pasando a muchísimas familias en la isla cubana? ¿Vale la pena vivir bajo estas circunstancias a cambio de estar presuntamente bien educado, por no decir "adoctrinado por el régimen"?
Evidentemente, muchos cubanos piensan que no. Prefieren tener una vida más libre, a pesar de que en el resto de los países haya muchos ignorantes que admiran la tiranía cubana, y estas personas digan que los buenos resultados educativos de Cuba son un motivo suficiente para entregar las libertades. Esto es absurdo.
Es más, hay muchos países de la región que viven en libertad y con sistemas democráticos reales; y han llegado a tasas de alfabetización tan buenas como la cubana; por ejemplo, Costa Rica, que tiene una alfabetización que es del 97,86%, según la UNESCO. Y esta tasa verdaderamente impresionante la alcanzó sin haber entregado su libertad ni viviendo en la absoluta miseria, como sucede en Cuba. Más aun si uno considera que antes de 1959, la alfabetización en Cuba ya estaba en el 80%. Los pasos que ha dado la revolución no son realmente significativos si los comparamos con los de otros países hasta 2018.
Por ejemplo, habíamos dicho que El Salvador tenía una alfabetización menor al 40% a fines de la década del 50. Pues bien; ésta aumentó al 89%. República Dominicana, que en 1950 contaba con una tasa idéntica a la de El Salvador, logró llevarla al 93,78%. En Perú, la tasa menor al 50% subió al 94,41%. La de Brasil, similar a la de Perú antes de la revolución, trepó al 93,23%. Estos datos de 2018 también son de la UNESCO.
Hablamos de tasas de alfabetización que mejoraron sustancialmente, y que se han dado con libertades individuales garantizadas y gobiernos democráticos que se van alternando en el poder en función de los triunfos electorales, que se los da el pueblo mediante las urnas.
Otro dato clave que me gustaría brindar es el que tiene que ver con el informe del programa internacional para la Evaluación de Estudiantes o pruebas PISA, es decir, las pruebas sobre Ciencias, Matemáticas y Lectura, que se hacen en niños/as y adolescentes de 15 años. En muchos países, estas pruebas son muy populares y se hacen cada una cierta cantidad de años.
Las últimas pruebas PISA han colocado a Chile como el país de Latinoamérica mejor posicionado a niveles educativos. En el segundo lugar, se encuentra Uruguay. Y en el tercero, Costa Rica. Cuba no aparece porque no ha tomado las pruebas PISA. Así de simple. Pero fíjense cómo en países libres, como Chile, Uruguay o Costa Rica, se han logrado buenos rendimientos educativos.
Conclusión final:
Tiremos por la borda la FARSA DE LA EDUCACIÓN CUBANA de una vez por todas.
Y en su defecto, si hay personas que valoran tanto la educación de Cuba como para entregar sus libertades individuales a un régimen tiránico, entonces dejen de buscar posgrados en los países de primer mundo.
Mejor les sugeriría que nos hagan un enorme favor a todos y se vayan a vivir al paraíso cubano, así pueden realizar su sueño educacional.
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