Nuevas restricciones al Dólar
En estos últimos días, se dieron a conocer los datos acerca del gasto público, el déficit fiscal, la emisión de billetes; y los números son un poco preocupantes. En Agosto, ya se emitieron más de 200.000 millones de pesos para cubrir el exceso de gasto público sobre la recaudación.
Dicho gasto está subiendo fuertemente a causa de todo el plan electoral. Como siempre: Ante un escenario como este, el gobierno busca la típica estrategia de "poner plata en la calle" para que haya un poco más de consumo; obligando al Banco Central de la República Argentina (BCRA) a frenar la corrida cambiaria. Como consecuencia, y de manera equivocada desde el punto de vista estratégico, se vuelven a tomar medidas restrictivas sobre el Dólar.
Hace dos semanas, el BCRA adoptó nuevas regulaciones sobre el sistema financiero argentino, impidiendo que se utilicen las cuentas de los agentes de bolsa. Habitualmente, la gente que tiene cuentas de ahorro en nuestro país y en el exterior (declaradas), realiza inversiones de mediano y largo plazo comprando títulos valores a través de los llamados Bancos de Inversión. Algunos ejemplos de bancos de inversión estadounidenses pueden ser Morgan Stanley, Merrill Lynch, Goldman Sachs, etc. Son compañías en donde los clientes no tienen cuentas bancarias a su nombre, sino que operan a través de un medio que se conoce como Cuenta Comitente. Esto es lo mismo que pasa cuando una persona tiene una cuenta en un agente de bolsa, al comprar acciones o tener un ahorro a través de esta alternativa.
El BCRA determinó que si alguien quiere comprar dólares en el mercado de contado con liquidación (CCL), no podrá mantener los dólares en la cuenta de agente de bolsa siquiera un día. Eso tiene que salir directamente a la cuenta bancaria en dólares; tanto en Argentina como en el exterior. Entre las enormes dificultades que esto genera, las grandes empresas se encontraron con que a mediados de este mes, tuvieron que retirar los dólares que tenían en las cuentas de los agentes de bolsa; y como ahora tienen que transferir el dinero a las cuentas bancarias, tendrán que pagar el 1,2% del impuesto al cheque. Para colmo, el BCRA no permite que las empresas hagan más de un movimiento mensual con el dinero de sus cuentas en dólares. Legalmente, cada vez es más difícil la operación para las empresas y los inversores en Argentina.
En materia de deuda, de la cual se está hablando en la campaña electoral, los datos oficiales de la Secretaría de Finanzas muestran que cuando asumió Alberto Fernández a fines de 2019, la deuda del BCRA era de 18.500 millones de dólares. En Agosto de este año, ya es de 50.040 millones; por el festival de Letras de Liquidez (LELIQs) y Pases Pasivos, que se emiten para controlar transitoriamente el impacto de la emisión monetaria sobre los precios de la economía. En tanto, la deuda total ha llegado a 344.000 millones de dólares; o sea, 30.000 millones más que previo a la llegada del Kirchnerismo.
La imposición de cepos en Argentina siempre termina trayendo incertidumbre; sobre todo en un contexto en el que sobran muchos más pesos en la economía respecto de los dólares que hay en las reservas del BCRA. De hecho, la deuda del BCRA incluye todos los bonos y pesos emitidos (y que hay que seguir emitiendo para pagar la tasa de interés y la bola de nieve de los bonos que se emitieron antes). En gran medida, esto explica por qué el riesgo país se ubica en 1.600 puntos y las expectativas inflacionarias se mantienen altas.
Por otra parte, los mercados internacionales están tranquilos. El precio de la soja está mejorando, mientras que el del petróleo está abajo de 70 dólares el brent; un precio aceptable. El oro ha subido un poco, pero se encuentra debajo de los 1.800 dólares; así que financieramente hablando, yo no veo un escenario de pánico mundial.
De todas maneras, para que Argentina no siga entrampada como en la actualidad y pueda terminar definitivamente con la pobreza, hay que cambiar 180 grados la matriz económica. Por las consecuencias que acabo de describir en esta nota, CLARAMENTE hay que achicar el tamaño del Estado. No solo para evitar los cepos y el crecimiento de la deuda, sino porque la gente está cansada de vivir mal; pagando impuestos altísimos y haciendo un esfuerzo impresionante por llegar a fin de mes con la inflación.
El Estado no se puede achicar tocando jubilaciones ni planes sociales; pero sí atacando la superestructura gigantesca que lo conforma. Por ejemplo, hay que eliminar el Ministerio de la Mujer (tanto en la Nación como en la Provincia), porque dentro de ellos hay 500 personas que cobran sueldos altísimos y se efectúan gastos innecesarios, mientras que sigue habiendo un femicidio por día en lo que va de 2021. A esa gente se la podrá subsidiar por un tiempo, pero no puede seguir trabajando allí porque está estafando a los buenos empleados públicos.
En el aspecto comercial, hay que abandonar el proteccionismo industrial y dedicarse al libre comercio absoluto. Las razones son varias; y una de ellas puede explicarse poniendo el siguiente ejemplo:
Si un inversor tiene 100 dólares, y tiene que elegir entre un sector que está protegido por completo de la importación de productos, y otro que se dedica a exportar pero tiene que pagar retenciones, sufre el cambio climático, regulaciones imposibles de cumplir e impuestos de todo tipo (además de las retenciones), obviamente que va a invertir su dinero en el sector que compite con las importaciones, que están cerradas. Las rentabilidades que va a obtener serán mayores.
Dentro de este punto, hay que transformar por ley al Mercosur en un simple Tratado de Libre Comercio, de los muchos que Argentina tiene que firmar con el mundo, para que explote todo el complejo exportador: La producción agropecuaria, minería, economías regionales, energía solar, energía eólica. La reestructuración del Estado no solo es indispensable para que los gastos sean iguales o menores a los ingresos tributarios, sino también para crear un margen que permita eliminar/bajar impuestos; entre ellos, las retenciones a las exportaciones. Fuera del terreno fiscal, otro proyecto de reforma que hace falta para beneficiar a todo aquel productor competitivo de la Argentina debe consistir en cambiar las leyes laborales, y elaborar otras que terminen con el trabajo en negro y le permitan al empresario contratar gente en blanco.
El Kirchnerismo fue LO PEOR que le pasó a la democracia argentina. Pero para que no vuelva nunca más (como pasó en 2019), hay que hacer sí o sí los cambios ya mencionados. Igualmente, recordemos que esta es una Elección Legislativa. Desde luego que hay que votar bien; sobre todo si tenemos en cuenta el escándalo en el que se vio involucrado el Presidente últimamente; pero lo que está en juego es la calidad de los cuerpos legislativos; o sea, Congreso Nacional, Legislaturas Provinciales y los Consejos Municipales.
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