Intento de golpe en Brasil
Durante la semana pasada, ha ocurrido algo siniestro en Brasil.
Manifestantes opositores a Luiz Inácio Lula da Silva tomaron por la fuerza el Congreso, el Palacio Presidencial y el Tribunal Supremo de Justicia.
Esto claramente es un problema, ya que se trata de una manifestación violenta y destructiva.
Por más que sea cierto que Lula tenga que estar encarcelado por fraude electoral, apoyar una manifestación violenta no hará más que legitimarlo por completo y deslegitimar a la oposición. Significa darle a Lula la excusa perfecta para perseguir opositores o simpatizantes de Jair Bolsonaro.
Así como los liberales repudiamos la violencia del golpe blando ocasionado en Chile allá por el año 2019, también tenemos el deber moral de reprobar esta escena dantesca. No se puede ser liberal y al mismo tiempo apoyar la toma del poder por la fuerza y la violencia en general. Eso es absolutamente contradictorio.
Aplaudir la violencia en Brasil no hace más que pavimentarle al oficialismo el camino a la condena de la disidencia.
Además, el propio Bolsonaro se pronunció en contra de esta manifestación violenta, al igual que el referente liberal argentino Javier Milei.
Los liberales estamos en las antípodas ideológicas del gobierno brasileño electo. Pero aquí encontramos un punto de acuerdo:
La violencia es el límite.
De todas maneras, cada vez se vuelve más obvio que cuando los destrozos y los reclamos desmedidos son causados por la Izquierda, la violencia no parece molestar a nadie.
Lo más importante es proponer alguna solución mediante la cual se pueda combatir la violencia en Brasil.
Y una de ellas podría ser hacer uso de los mecanismos institucionales para instar al tribunal electoral a que tome en cuenta las denuncias por fraude que se han hecho, presentando las evidencias correspondientes.
Es así cómo se podrá concertar que el proceso electoral haya sido válido y legítimo.
Comentarios
Publicar un comentario