Al coronavirus no le interesa cómo te autopercibís
Desde la aparición del coronavirus en todo el planeta, la narrativa progresista acerca de la autopercepción de las personas, el género "no binarie", y el planteo de que todo es una construcción social que nada tiene que ver con el sexo biológico, está herida de muerte.
Por ejemplo, durante este año, en Perú han dividido las salidas por género. En un determinado día podían salir solo los hombres; y en otro, las mujeres. Esto se debió a que se hablaba de porcentajes en donde el 62% de los afectados por el virus eran hombres y el 38% restante, mujeres.
Acá tenemos que hablar de Ciencia, Biología, Medicina, y no de fantasías.
Los 360 géneros no cuentan. No se puede justificarlos diciendo que son inmunes.
Las personas de "género fluido", es decir, las que tienen un trastorno de identidad al autopercibirse como hombres un día y mujeres al siguiente, también se ven completamente afectadas.
La narrativa progresista quedó en jaque ante dicha situación, y esa es otra razón por la cual los trastornados mentales que sufren esta enfermedad deberían buscar un psicólogo para tratarse y así poder llevar adelante sus vidas como personas normales (o como las llaman ahora: "cisgénero"), y que la problemática de la pandemia quede en manos de los expertos, es decir, los médicos, que son quienes han estudiado para combatir el virus. Efectivamente hay que analizar por qué los hombres tenemos una tasa mayor de mortalidad que las mujeres, pero esto debe llavarse a cabo desde el conocimiento y no desde la superstición.
Existen muchas cuestiones vinculadas al Progresismo que han quedado al descubierto frente a esta pandemia. Y ante eso, hay que entender que la realidad tiene que estar por encima de la narrativa. De no ser así, caemos en mitología, superstición, fantasías, y todo aquello que la progresía tanto odia, que es el relato religioso...
Comentarios
Publicar un comentario