La proyección psicológica de la Izquierda
Derechos que además se los adjudican orgullosamente, flameando las banderas comunistas, vistiendo la camiseta de Ernesto "Che" Guevara o Mao Tse-Tung, y hablando sobre cuán malvado es Donald Trump.
Pero es importante que sepan que todo este discurso izquierdista se sustenta en mentiras...
Hoy, la maquinaria filoguevarista que nos venden los políticos y los medios hegemónicos nos acusa de "homofóbicos" a quienes simplemente cuestionamos leyes que logran que varios violadores vayan a una cárcel de mujeres por el mero hecho de modificar su documento de identidad.
Sin embargo, esta Izquierda tolerante, que tanto nos señala con el dedo inquisidor, parece olvidar que fueron sus propios regímenes los que administraban gulags y campos de concentración para torturar o "corregir" (como decían ellos) a homosexuales en la gran Unión Soviética o el paraíso cubano.
De hecho, el Código Penal Soviético condenaba y castigaba la homosexualidad a través del Art. 121, que penaba con una prisión de entre 5 y 8 años a los homosexuales solo por tener dicha orientación sexual, para someterlos a trabajos forzados, humillarlos y torturarlos. En aquel entonces, el Comisario del Pueblo de Justicia declaraba abiertamente que "la homosexualidad es el producto de la decadencia de las clases explotadoras, y que en una sociedad fundada sobre principios SANOS no hay lugar para los homosexuales".
En el paraíso cubano, sonaba desde la boca del mismísimo Fidel Castro la peyorativa frase "la revolución no necesita peluqueros ni poetas". También se lo podía escuchar al "Che" Guevara decir que "el trabajo os hará hombres", mientras administraba campos de concentración para quienes hoy vestirían orgullosamente una camiseta con su cara. Es que para la revolución, la homosexualidad era una "decadencia burguesa importada del imperialismo estadounidense"; las mismas palabras que siguen utilizando hasta la actualidad. Por eso Fidel Castro denunció como agentes del imperialismo a los "maricones", como a él le gustaba llamarlos, además de "peluqueros" y "poetas". O como decía el camarada Iósif Stalin: "vicio burgués".
Hablando de Stalin, hasta el día de hoy son varias las naciones nacidas de la descomposición de la Unión Soviética; y en ellas se sigue persiguiendo a los homosexuales. Tal como en aquellas épocas, allí son acusados de cometer un delito siendo penados, y aún existen campos de concentración...
Así es cómo se ve la homosexualidad en la utopía tolerante izquierdista. Sus propios referentes, como por ejemplo, Friedrich Engels, comparaban la homosexualidad con la pederastia de la Antigua Grecia.
Otro hecho similar es el que estaba relacionado con la maravillosa potencia comunista China, donde la homosexualidad fue despenalizada recién en 1997. Al igual que yo, es muy probable que cualquier persona que esté leyendo esta nota ya haya nacido antes de ese año. La homosexualidad se la castigaba con la castración y el fusilamiento. Incluso hasta la década del 2000 era considerada allí una enfermedad mental.
En países como Corea del Norte o Laos, el tema ni siquiera existe. La homosexualidad es tabú. Prácticamente los gays y lesbianas no tienen derechos y el gobierno ni se molesta en pronunciarse al respecto.
Otro paraíso socialista en donde no se habla de la homosexualidad es Vietnam, donde reprimen brutalmente a los homosexuales cuando gozan manifestarse.
¿Y qué pasaría si habláramos también del rol de la mujer en los paraísos de la Izquierda?
Porque parecería ser que los machistas o misóginos somos quienes nos atrevemos a cuestionar que se quiera combatir al violador o al femicida con canciones, coreografías, lenguaje inclusivo, fotos de perfil moradas en Facebook, o inaugurando banquitos en una plaza, cuando nosotros, los supuestos misóginos, que sabemos que una coreografía no moverá un pelo de los poderosos que deben tomar decisiones, recibimos día tras día agravios y ataques ad hominem de quienes teóricamente defienden a la mujer, mientras sacan a relucir banderas rojas y reivindican la fábula comunista.
Pero si indagamos un poco el pasado que existe en esas banderas que tanto enarbolan mientras se golpean el pecho, e investigamos lo que sucedía en la Bulgaria Comunista (más precisamente en Lovech, la Cárcel de la Muerte), nos encontraremos con campos de concentración en donde condenaban a las mujeres que quisieran divorciarse de sus maridos, vestirse "provocativamente" o escuchar música del imperialismo. Y aquella mujer que no cumplía la norma diaria de la cárcel era fusilada, por supuesto...
Lo mismo ocurría en Skravena, en donde las mujeres torturadas ni siquiera tenían permiso para ir al baño durante la noche. Fueron muy pocas las sobrevivientes y hasta el día de hoy, los historiadores coinciden en que falta mucho por conocer sobre las atrocidades comunistas cometidas en dichos campos de concentración.
Realmente, cuanto más indaga uno los hechos históricos, más se sorprende. Es fascinante observar cómo la Izquierda se presenta hoy como la alternativa tolerante que aboga por los derechos de aquellas comunidades a las que persiguieron, torturaron y fusilaron. Y mientras tanto, nos llaman "fascistas" a nosotros; así como Stalin utilizaba este término para catalogar a los homosexuales. El argumento inquisidor de la Izquierda no ha variado en absoluto.
Y lo peor es que el Fascismo lo inventaron ellos. El ícono de esta ideología, Benito Mussolini, criado por padres comunistas, era afiliado y militante del Partido Socialista Italiano (PSI). Fue director del periódico "Avanti", diario marxista por excelencia y órgano oficial del PSI. Las ideas políticas de Giovanni Gentile (ideólogo del Fascismo) fueron inspiradas, entre otros autores, por el propio Karl Marx.
La Izquierda fabricó el Fascismo, se lo adjudicó a todo aquel que no sea zurdo y en el camino se adueñó de la Justicia Social; porque no vayamos a pensar que la Justicia Social es un invento por parte de quienes llaman a quemar o defecar las iglesias. No, de ninguna manera.
Muy por el contrario, la Justicia Social surge de Luigi Taparelli. ¿Saben quién fue este señor? Un filósofo, teólogo y sacerdote italiano, que consideraba que la autoridad emanaba de Dios y que es por eso que todos nosotros tenemos la obligación de cooperar con el bien social.
Sí, el concepto de la "Justicia Social" nace de la mano de un sacerdote católico, al igual que el Feminismo, que no fue inventado por los comunistas que en 1935 prohibieron el divorcio, los anticonceptivos y el aborto; o que en 1943 implementaron una reforma educativa para criar a los niños como guerreros y héroes del Socialismo y a las niñas como madres. Se equivocan si piensan que esto es así.
El Feminismo surge en el Siglo XVII de la obra de François Poullain de La Barre, que también fue un sacerdote católico (francés), luego convertido al Cristianismo reformado.
Que quede claro que el discurso izquierdista es una falsedad, y que este espectro ideológico se adjudica los acontecimientos históricos positivos como si fueran suyos, mientras que proyecta en los demás todas las barbaridades y atrocidades que ellos mismos han cometido...
Pero si indagamos un poco el pasado que existe en esas banderas que tanto enarbolan mientras se golpean el pecho, e investigamos lo que sucedía en la Bulgaria Comunista (más precisamente en Lovech, la Cárcel de la Muerte), nos encontraremos con campos de concentración en donde condenaban a las mujeres que quisieran divorciarse de sus maridos, vestirse "provocativamente" o escuchar música del imperialismo. Y aquella mujer que no cumplía la norma diaria de la cárcel era fusilada, por supuesto...
Lo mismo ocurría en Skravena, en donde las mujeres torturadas ni siquiera tenían permiso para ir al baño durante la noche. Fueron muy pocas las sobrevivientes y hasta el día de hoy, los historiadores coinciden en que falta mucho por conocer sobre las atrocidades comunistas cometidas en dichos campos de concentración.
Realmente, cuanto más indaga uno los hechos históricos, más se sorprende. Es fascinante observar cómo la Izquierda se presenta hoy como la alternativa tolerante que aboga por los derechos de aquellas comunidades a las que persiguieron, torturaron y fusilaron. Y mientras tanto, nos llaman "fascistas" a nosotros; así como Stalin utilizaba este término para catalogar a los homosexuales. El argumento inquisidor de la Izquierda no ha variado en absoluto.
Y lo peor es que el Fascismo lo inventaron ellos. El ícono de esta ideología, Benito Mussolini, criado por padres comunistas, era afiliado y militante del Partido Socialista Italiano (PSI). Fue director del periódico "Avanti", diario marxista por excelencia y órgano oficial del PSI. Las ideas políticas de Giovanni Gentile (ideólogo del Fascismo) fueron inspiradas, entre otros autores, por el propio Karl Marx.
La Izquierda fabricó el Fascismo, se lo adjudicó a todo aquel que no sea zurdo y en el camino se adueñó de la Justicia Social; porque no vayamos a pensar que la Justicia Social es un invento por parte de quienes llaman a quemar o defecar las iglesias. No, de ninguna manera.
Muy por el contrario, la Justicia Social surge de Luigi Taparelli. ¿Saben quién fue este señor? Un filósofo, teólogo y sacerdote italiano, que consideraba que la autoridad emanaba de Dios y que es por eso que todos nosotros tenemos la obligación de cooperar con el bien social.
Sí, el concepto de la "Justicia Social" nace de la mano de un sacerdote católico, al igual que el Feminismo, que no fue inventado por los comunistas que en 1935 prohibieron el divorcio, los anticonceptivos y el aborto; o que en 1943 implementaron una reforma educativa para criar a los niños como guerreros y héroes del Socialismo y a las niñas como madres. Se equivocan si piensan que esto es así.
El Feminismo surge en el Siglo XVII de la obra de François Poullain de La Barre, que también fue un sacerdote católico (francés), luego convertido al Cristianismo reformado.
Que quede claro que el discurso izquierdista es una falsedad, y que este espectro ideológico se adjudica los acontecimientos históricos positivos como si fueran suyos, mientras que proyecta en los demás todas las barbaridades y atrocidades que ellos mismos han cometido...
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