La ideología de género llegó al deporte

Se llevó a cabo la competición de ciclismo femenino ThunderCrit, organizada por el North London ThunderCats Black Metal Bicycle Club.

Aquí les muestro una imagen de las ganadoras:

Efectivamente, se trata de dos mujeres trans, que ocuparon el primer y segundo puesto, dejando en tercer lugar a la verdadera ganadora de la competencia femenina. O sea, una mujer con vagina.

Chicas, háganse a un costado...

¡¡¡Acá llegamos los hombres a enseñarles cómo competir en la categoría femenina!!!

Por su parte, la foto del podio nos vuelve a recordar que el Siglo XXI es un episodio de South Park.

No solo eso, sino que la foto se hizo tan viral que la organización de este evento deportivo tuvo que salir a publicar un comunicado oficial, en un intento de desmentir lo que todos estábamos viendo. El argumento fue que en realidad, el evento no fue organizado únicamente para mujeres cis. 

Sí. Ya nos dimos cuenta...

Y como el mundo se volvió loco, no es la primera vez que vemos esta imagen. Recientemente, ocurrió lo mismo con Lia Thomas, la nadadora trans que rompió récords en natación femenina, gracias a su espalda enorme, su altura y masa muscular masculina, y sus largas extremidades de hombre.

Para colmo, sus características biológicas incomodaron a las mujeres en el vestuario, ya que Lia Thomas se paseaba ERECTA frente a sus competidoras, aludiendo que es lesbiana. Un crack...

También tenemos el caso de Mara Gómez, la futbolista trans goleadora y figura indiscutida del fútbol femenino en Argentina.

Ni hablar de Mary Gregory, la levantadora de peso trans que batió cuatro récords mundiales femeninos en levantamiento de pesas, Y GANÓ NUEVE DE NUEVE EVENTOS durante la celebración de una competición.

Otro hecho gracioso fue el de este sujeto, que intentó inscribirse en un gimnasio exclusivo para mujeres, y no lo dejaron. Entonces, se quejó y llegó a los noticieros diciendo que se siente discriminado porque asegura ser una mujer.

Y el caso más peligroso (del cual ya no nos reímos) es el de la luchadora trans de artes marciales y lucha libre, llamada Alana McLaughlin.

Solía ser un veterano de guerra con entrenamiento de alto rendimiento. Y ahora, cobra un sueldo por golpear mujeres hasta dejarlas al borde de la muerte; porque la Izquierda Progresista y el Feminismo de Cuarta Ola (que son quienes defienden esto) ODIAN a las mujeres.

¿Y por qué hay tantas mujeres trans superando a las mujeres biológicas en las competencias deportivas?

La razón es la siguiente:

Pese a las creencias supersticiosas que rigen en la actualidad, los hombres y las mujeres no somos iguales. Y no es una herejía lo que estoy diciendo.

En los hombres, el tamaño muscular suele ser siempre superior; y nuestro físico posee mayor masa muscular. El metabolismo también es diferente. La mujer tiende a almacenar mayor cantidad de grasa corporal; por lo que le resulta más complicado que a un hombre perder peso o desarrollar masa muscular. El flujo de la sangre y la capacidad de mantener la temperatura corporal también difieren entre hombres y mujeres. A causa de esto, los hombres podemos tener mayor asistencia en ciertas situaciones.

Yo sé que para la doctrina progresista, lo que estoy diciendo es una blasfemia. Pero también sé que en el fondo, los progresistas están al tanto de esto. 

Por algo ellos entienden que un caso en el que un hombre golpea a una mujer es mucho más grave que un hecho inverso. Si bien no le dan tanta importancia cuando el golpeador se autopercibe mujer (como Alana McLaughlin), comprenden la gravedad del caso cuando el golpeador es un hombre que se identifica como tal.

Si la progresía no supiera que hay diferencias biológicas entre los hombres y las mujeres, entonces no existiría el concepto de "violencia de género", que es el que ellos utilizan.

Aunque lo nieguen, ellos saben que te están engañando...

Así que mejor dejemos de lado estas creencias supersticiosas, que sugieren que la realidad observable es una construcción social, y prioricemos la realidad por sobre todas las cosas.

Reflexionemos un poco.