Los piqueteros de izquierda vuelven a cortar las calles porteñas
En esta nota, vamos a analizar los problemas cotidianos que tienen los habitantes de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires bajo un gobierno políticamente correcto.
Eduardo Belliboni, el líder de Unidad Piquetera y dirigente del Polo Obrero, tomó las calles porteñas cercando a la gente, como tantas otras veces recientes. Él se cree que es dueño de la Av. 9 de Julio; y para colmo, lo dejan hacer estos cortes sin problemas.
Los piqueteros le impiden circular con el auto a aquella persona que quiere ir a trabajar. Y cuando ésta le dice al señor de tránsito que quiere doblar por determinada esquina para no tener que seguir manejando por la misma calle y dar toda la vuelta, LA DETIENEN; como si el delincuente fuera el ciudadano común y corriente. De hecho, esto ya había pasado en Agosto de 2022, cuando detuvieron a una persona que quiso circular libremente, tal como lo garantiza nuestra Constitución Nacional. Y mientras tanto, al piquetero no se lo llevan detenido. Si bien él tiene su derecho a la protesta, está interviniendo con nuestro derecho de circular.
Recordemos que el derecho de un individuo termina cuando empieza el del otro.
Además esto no solo afecta a los trabajadores, sino también al jubilado que se toma un colectivo y tiene que ir al hospital. Esa gente se ve perjudicada por planeros que son arriados como ganado para acampar en la calle por culpa de tres hijos de puta; como Eduardo Belliboni o Gabriel Solano, que encima se lleva el 2% de los planes sociales que reclama una persona pobre.
A su vez, el Jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, tiene mucha responsabilidad en todo esto; porque es la máxima autoridad en la ciudad, que es autónoma.
Por supuesto que al gobierno nacional se le puede echar la culpa de la pobreza y la inflación; pero en la Ciudad de Buenos Aires hay que administrar para que el tipo que labura o tiene que ir de urgencia a un hospital pueda circular libremente. Y quien debe garantizar la libre circulación es Larreta. O somos autónomos, o no lo somos.
Si alguien quiere reclamar (por ejemplo) frente al Ministerio de Desarrollo Social, tiene que pararse en la puerta de dicho Ministerio; con los carteles, las pancartas, las manifestaciones o expresiones a la Ministra. A unos metros, en la vereda, y algo más. Pero el resto de la ciudad no se puede cortar.
Tomar literalmente la Av. 9 de Julio es una LOCURA. Además no es que cortaron solo algunas esquinas, sino muchas. No se podía pasar de un lado para el otro.
En Estados Unidos, estas cosas ya no se discuten. Allí, una persona que se le acerca a la policía con un cuchillo en la mano (a menos de doce pasos) recibe un balazo. Lo que se aplica es la Regla de Tueller, que dice que una persona es más rápida acercándose con un cuchillo que sacando una pistola y disparando. De este modo, al haber una distancia menor a los doce pasos, a la policía no le queda otra opción que disparar; porque no puede llegar a hacer otra cosa. Con respecto al uso de la pistola Taser en Estados Unidos, ésta se la tiran al delincuente solo cuando se queda quieto. Se usa únicamente si el agresor no se mueve; aún teniendo el cuchillo en la mano. Obviamente que la policía le pide que suelte el cuchillo; y es ahí cuando le tiran con la Taser o munición de baja letalidad. Pero si el delincuente está corriendo y acercándose a la policía, le disparan con balas sin dudarlo.
Por su parte, el motivo por el cual los piqueteros cortan la calle se debe a que están pidiendo por planes sociales, que incluso se los terminan dando. O sea que cortan la calle porque quieren que las personas que trabajan (y a las que les prohíben circular) les financien su plan. Esto significa que le están jodiendo la circulación al tipo que justamente mantiene al que corta la calle.
Y lo que también es llamativo del gobierno de Larreta es que contrariamente a la falta de acción contra los piquetes, mandó a reprimir a los tipos que están cortando la Autopista General Paz porque le reclaman a Edesur que no tienen luz desde hace una semana. Es cierto que estos cortes de calle tampoco están bien porque les joden la vida a un tercero. Pero lo que quiero remarcar acá es la doble moral. No puede ser que Larreta mande a reprimir a esta gente y lleve patrulleros para que los caguen a trompadas, mientras se mea los pantalones a la hora de reprimir a las organizaciones de izquierda que cortan la Av. 9 de Julio. Esto es cinismo.
Al margen de eso, quien tiene que proteger nuestros derechos no puede mirar para otro lado o echarle la culpa al adversario político.
Si Larreta o Juntos por el Cambio no quieren que los comparen con el Kirchnerismo, entonces que lo demuestren. Y una buena forma de demostrarlo es habilitando las pistolas de la marca Taser, para que los policías tengan una en el momento de cuidar el transporte público (como los subtes). Hace como más de una década que Mauricio Macri viene diciendo que hay que implementar las pistolas Taser. Sin embargo, el gobierno porteño no lo hace, debido a la falta de agallas y las acusaciones ridículas por parte del zurderío: "fascistas", "Ultraderecha", "los militares", "la tortura", etc. Los zurdos creen que poner orden es reabrir la Escuela Mecánica de la Armada, conocida como ESMA.
La sociedad argentina se cree el cuento de que el uso de las Taser es una medida digna de la dictadura militar. Entonces, nadie se anima a tomarlas en consideración; y eso nos termina costando la vida de una mujer policía llamada Maribel Nélida Zalazar, por la cual NINGUNA feminista de cuarta ola se solidarizó. Y claro, como la mayoría de ellas son de izquierda, el asesinato de una mujer policía les parece irrelevante. Asimismo, la falta de uso de las Taser le costó la vida a Juan Pablo Roldán, un inspector de la Policía Federal Argentina (PFA) que fue apuñalado. Esto ocurrió el año pasado en Av. Figueroa Alcorta, en el barrio de Palermo Chico.
Les guste o no, con una pistola electrónica, no hubiera muerto nadie. Son armas no letales.
Lamentablemente, los argentinos estamos dando debates que el mundo ya dejó de dar; al igual que el fenómeno monetario que es la inflación. En el resto del mundo, esto ya se pudo resolver.
Pero como es de imaginarse, la corrección política no nos deja enfrentar la realidad.
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