Macri NO es liberal


Acerca de mis propuestas para poner al país a crecer, generar empleo y terminar con la pobreza, pienso que hay que apuntar hacia una economía abierta al comercio internacional (y no relacionarnos con el mundo solo para pedirle plata prestada). El comercio es cultura e incorporación de tecnología y conocimiento. Por ende, hay que tirar a la basura el modelo de sustitución de importaciones y LIBERAR TODO.

Existen formas mucho más civilizadas de cuidar a la industria nacional, que es con un dólar caro, leyes laborales que promuevan el empleo en blanco, y bajos impuestos de la mano de una profunda reforma del Estado, que consista en una racionalización del sector público, la privatización de empresas estatales, la eliminación de cuajo de todos los subsidios económicos, una reforma educativa, la eliminación de la obra pública, y la separación de la Iglesia y el Estado, entre otras cuestiones.

Hay que avanzar sobre todos esos sectores de una manera muchísimo más fuerte de la que no se animó el COBARDE e INEPTO de Mauricio Macri, que de liberal no tuvo absolutamente nada.

Macri fue otro populista que durante cuatro años actuó como un comentarista diciendo que "hay dos millones de empleados públicos que están demás"; al igual que en 2014, cuando en una conferencia dijo "¿Qué es esto de universidades por todos lados?"; pero no tomó NINGUNA medida seria al respecto. Ni con los empleados públicos ni con las universidades. De hecho, los recortes del presupuesto educativo, como los de María Eugenia Vidal en la Provincia de Buenos Aires, fueron muy pobres.

Los ajustes de tarifas, que estaban congeladas desde el gobierno de Eduardo Duhalde mientras que el resto de los precios se multiplicaron por 15 entre 2002 y 2015, fueron graduales e incompletos. 

Las empresas estatales, como YPF o Aerolíneas Argentinas, no se privatizaron (aunque Aerolíneas directamente habría que cerrarla y declarar cielos abiertos). El tamaño del Estado se mantuvo generalmente en el mismo nivel que durante el gobierno de Cristina Kirchner. La diferencia está en que Macri financió el exceso de gasto sobre la recaudación con deuda externa en su mayoría, mientras que Cristina recurrió a la emisión monetaria y las reservas del BCRA. 

Incluso si agarramos los datos, veremos que según el Ministro de Economía actual (Martín Guzmán), Macri bajó el gasto público un 5,4% del PBI; pero antes de que asumiera el Kirchnerismo en 2003, el gasto público equivalía la mitad que en 2015; o sea que la baja de gasto de Macri fue irrelevante; y por supuesto, sin que se haya introducido reformas estructurales en el Estado. Lo mismo puedo decir en relación al programa Precios Cuidados, o el cierre de la economía al comercio exterior. No hubo ninguna apertura indiscriminada de la economía al mundo. Además los sectores exportables volvieron a pagar retenciones a pedido del Fondo Monetario Internacional. Sobre la reforma laboral, Macri no dijo siquiera una sola palabra en toda su gestión. 

Sin dudas Macri ha sido muy tibio en el aspecto económico, y no quiso o no pudo pagar el costo político del proceso de transición, de una economía llena de controles, regulaciones, subsidios, aranceles, intervencionismo estatal, a un modelo exactamente contrario.

Yo espero que algún día, un liberal aplique en serio las recetas que son necesarias para que en el largo plazo, a la Argentina le vaya bien. 

El libre comercio, la libertad de mercado, un Estado pagable, y una flexibilización laboral son elementos que no se discuten en ningún país en donde la gente tiene una mejor calidad de vida. 

En esta época, es indiscutible la importancia de que las empresas compitan y estén conectadas con el mundo, y paguen una cantidad de impuestos razonable. Este es el motivo por el que hay que achicar el tamaño del Estado argentino. Ni hablar del VERSO de la redistribución del ingreso, que implica quitarle a quienes generan la riqueza y desincentivar el ahorro y la inversión. 

Por su parte, las leyes laborales también hay que modificarlas, ya que luego de mucho tiempo han terminado con 6 millones de trabajadores (40% de la fuerza laboral argentina) sin ninguna justicia social; porque no tienen derecho a la medicina, jubilación, vacaciones, aguinaldo, es decir, trabajan en negro. Hablando de vacaciones y aguinaldo, les aconsejo que investiguen bien cómo se crearon estas leyes, ya que ninguna de ellas fue aprobada originalmente por el Peronismo. De la misma manera que la Asignación Universal por Hijo (AUH) fue un proyecto originario de Elisa Carrió; lo MENOS liberal que hay en Juntos por el Cambio, por razones como estas.

Dentro de las leyes laborales, hay que cambiar la ley de Contrato de Trabajo, la ley de Convenciones Colectivas de Trabajo, la ley de Asociaciones Profesionales, la ley de Obras Sociales, y la ley de Indemnización por Despido.

Si queremos terminar con el Kirchnerismo PARA SIEMPRE, habría que realizar una gran interna; más si el gobierno de Alberto Fernández no solo es desastroso económicamente sino también institucionalmente. Pero como condición, le sugerimos al partido político de Juntos por el Cambio que firme cada uno de estos puntos.

Tenemos que dejar de convivir con recuperaciones cíclicas que duran pocos años y poner a la Argentina a crecer a tasas chinas por varias décadas. Para ello, tenemos que patear el tablero y hacer algo totalmente distinto, a través de ciertos cambios que requieren de mucho apoyo político, sindical y empresarial. De no ser así, seguiremos por la pendiente de un país que no crece, y con altos índices de pobreza e indigencia.

En Argentina, la pandemia es la inflación, el desempleo, los impuestos, la liquidación de stock de los comercios que cierran.

¿Querés saber cuál es el virus? El Populismo.

¿Y querés saber cuál es la vacuna? ¡¡¡EL LIBERALISMO!!!

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