¿Qué está pasando en Colombia?
Para empezar, no sé a quién se le ocurre impulsar una reforma como esta en un contexto como el actual, y encima basada en una fuerte suba de impuestos. Es una pésima decisión del Presidente colombiano Iván Duque.
En efecto, las manifestaciones se multiplicaron como reguero de pólvora, y diversificaron sus discursos de una manera aceleradísima, a tal punto que hoy son imparables y se han cobrado muertos. Se produce un chispazo, la pólvora se enciende, todo se prende fuego, y nadie sabe cómo apagar el incendio. Por ejemplo, ahora están bloqueando la transportación de bienes para necesidades básicas.
En algún sentido, esto es muy parecido a los sucesos ocurridos en Chile, desde Octubre de 2019 hasta el referéndum por una nueva Constitución Nacional. El motivo inicial había sido el aumento de US$0,04 del metro.
Para saber más al respecto, pueden leer esta otra nota mía escrita en aquel entonces:
Un hecho idéntico fue el que aconteció en Estados Unidos en Mayo de 2020, luego del asesinato de George Floyd, que fue vinculado con un problema racial. El estallido cesó inmediatamente cuando Joe Biden ganó las elecciones presidenciales a fines de dicho año.
A su vez, pasó lo mismo en Perú hace muy pocos meses. Cae un Presidente por corrupto; entonces, el Congreso elige constitucionalmente a su sucesor (que no era progresista), y la situación estalla por todos lados. ¿Cuándo se detiene? Cuando el sucesor del Presidente destituido también cae por las manifestaciones incontrolables, y el Congreso decide optar por un Presidente que sí es progresista. Instantáneamente, todo se aquieta; y ya nadie más habla del dictador, la ilegitimidad del Congreso para elegir un sucesor, etc.
Otro ejemplo puede ser el de Ecuador, allá por fines de 2019. Un conflicto indígena relacionado con los recursos petroleros incendió Ecuador y tuvieron que trasladar al gobierno desde Quito a Guayaquil durante varios días.
Y como contagio del episodio de Chile y Ecuador, en Colombia ya se había desencadenado un hecho similar al actual, en Noviembre de 2019.
A su vez, pasó lo mismo en Perú hace muy pocos meses. Cae un Presidente por corrupto; entonces, el Congreso elige constitucionalmente a su sucesor (que no era progresista), y la situación estalla por todos lados. ¿Cuándo se detiene? Cuando el sucesor del Presidente destituido también cae por las manifestaciones incontrolables, y el Congreso decide optar por un Presidente que sí es progresista. Instantáneamente, todo se aquieta; y ya nadie más habla del dictador, la ilegitimidad del Congreso para elegir un sucesor, etc.
Otro ejemplo puede ser el de Ecuador, allá por fines de 2019. Un conflicto indígena relacionado con los recursos petroleros incendió Ecuador y tuvieron que trasladar al gobierno desde Quito a Guayaquil durante varios días.
Y como contagio del episodio de Chile y Ecuador, en Colombia ya se había desencadenado un hecho similar al actual, en Noviembre de 2019.
Por supuesto que en Colombia hay muchos idiotas útiles que dicen "¡Esto no tiene que ver ni con la Izquierda ni con la Derecha! Yo voy por este motivo", "yo voy por el otro motivo", etc. En parte, es cierto que nadie está siguiendo un programa ni siendo unificado hegemónicamente para sumarse al proceso que se está desplegando, es decir, nadie está bajo el amparo de una determinada fuerza política; por eso se genera la ilusión de que esto es algo que estalla en distintos nodos o de formas aisladas. Pero la razón se debe a que cada país es un caso aparte. Por ejemplo, en Colombia hay agravantes, como el conflicto con las FARC-EP (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia), la proximidad con Venezuela, etc. Sin embargo, a la hora de analizar, es necesario dejar de lado las cuestiones específicas de cada país y encontrar un hilo conductor entre distintos fenómenos que están ocurriendo prácticamente al mismo tiempo y en distintas zonas de Latinoamérica.
Para que se entienda mejor: esto no significa que el acontecimiento de cada país latinoamericano sea enteramente programado o enteramente espontáneo. En todo caso, puede ser orquestado o instigado desde afuera, tal como sucedió con la infiltración venezolana en las revueltas chilenas de la mano de Nicolás Maduro, o la instigación del Partido Demócrata en cuanto a los disturbios del caso de George Floyd en Estados Unidos, que dicho sea de paso, fue asesinado en una ciudad y un Estado gobernados por dos demócratas. No obstante, si bien es válido hablar de estructuras jerárquicas, uniformes, arborescentes, etc, la manifestación es principalmente caótica. Eso permite un grado enorme de espontaneidad, donde cada uno se manifiesta por una razón distinta y hasta puede concurrir gente que no sea de izquierda. Pero es innegable que esto se detiene por completo cuando una expresión progresista o izquierdista logra finalmente llegar al poder. Se detuvo así en Chile, Perú, Estados Unidos, y probablemente, en Colombia con Gustavo Petro en el gobierno.
Yo entiendo que el tema es mucho más complejo, pero es importante recordar el desenlace de cada uno de esos capítulos. Además si el planteo estuviera errado y esto no tuviera nada que ver con la Izquierda ni con la Derecha, ¿entonces con qué tiene que ver? Siempre me responden "es un tema más complejo...", y terminan la respuesta con puntos suspensivos porque no saben cómo continuar el contraargumento.
Desde el punto de vista económico, yo REPUDIO la suba de impuestos, pero muchos de los que están en contra de esta reforma tributaria piden al mismo tiempo más gasto público, sin explicar cómo puede un gobierno incrementarlo sin aumentar los impuestos. En su defecto, para que se pueda implementar una reducción de los impuestos o en el peor de los casos evitar la reforma, el gasto habría que bajarlo, ya que las otras formas de financiarlo es colocando deuda (que la gente debe pagar en el futuro con más impuestos), o con emisión monetaria, por lo que se genera inflación, que es otro tipo de impuesto encubierto.
Es curioso, porque supuestamente, América Latina protesta contra el "maldito Neoliberalismo salvaje", pero el párrafo anterior muestra que la situación que se vive en Colombia no parecería ser exactamente el resultado de un modelo de país liberal. No solo por el intento desafortunado de subir los impuestos (cuando los liberales exigimos ELIMINARLOS o BAJARLOS), sino porque financieramente hablando, el Estado está quebrado a causa de tanto despilfarro de gasto público, una burocracia inmensa y el nivel de asistencialismo que se viene aplicando desde hace ya varios años basado en un sinfín de subsidios, que se ampliaron durante la pandemia.
Primordialmente, el gobierno de Duque terminó ejecutando las mismas medidas de Petro, que fueron el otorgamiento de una Renta Básica Universal permanente en el tiempo a través del programa Derecho Solidario, la Educación Gratuita para todos los jóvenes universitarios mediante el programa Matrícula Cero, y una lista larguísima de etcéteras.
Acá pueden encontrar la información completa sobre el programa educativo de Colombia:
Otros de los principales programas sociales son "Casa Digna, Vida Digna", "Vivienda Rural", "Colombia Mayor", y los subsidios en Salud.
Para saber más sobre el resto, pueden ingresar a este sitio web gubernamental colombiano:
Por su parte, se ha decidido llevar a cabo ciertas restricciones por la pandemia evitando que la gente salga a trabajar (al igual que en Argentina), y a pesar de ello, el gobierno colombiano cometió el error de seguir gastando de forma exacerbada, al mismo tiempo que cayó la recaudación frente al no pago de impuestos por parte de los ciudadanos, ya que éste fue uno de los grandes problemas económicos que tuvieron por el encierro.
En definitiva, se amplió mucho el gasto y se recaudó poco dinero, motivo por el cual el Estado se vio obligado a endeudarse a más del 60% del PBI colombiano al incurrir en déficit fiscal.
Mientras tanto, la Izquierda le demanda al gobierno una cantidad de servicios y subsidios a los que hoy Colombia no puede responder. Y la consecuencia de esto fue el afán de una reforma tributaria que no se comunicó ni se trató en un consenso con el resto de los partidos políticos, y que para colmo fue pensada en un mal momento dado que este país se vio afectado por la pandemia.
Lo insólito es que a los manifestantes les preguntaron si leyeron el proyecto de la reforma tributaria, dentro del cual había algunos puntos que ellos mismos venían exigiendo en las marchas anteriores, y muchos contestaron que no. Entre varios ejemplos, se estipulaban los recursos necesarios para garantizar la continuidad en el tiempo de los programas sociales ya mencionados; o sea que la reforma tributaria basada en una suba de impuestos les estaba cumpliendo todos sus sueños y caprichos. Y esto es algo lógico, porque en la vida no hay nada que sea gratis. Todo se paga.
Para cerrar este análisis general, y sin haber profundizado en la complejidad del mismo, a mí me llama la atención que ahora en Colombia, la Izquierda se haya vuelto en contra de los impuestos y esté a favor de la libertad económica. Y más gracioso me parece aún que en Argentina, el Kirchnerismo, que es ultraestatista, intervencionista y redistribucionista, esté INDIGNADO CON EL AUMENTO DE LOS IMPUESTOS por parte del gobierno de Duque, mientras que apoya las revueltas de los supuestos socialistas colombianos.
Interesante. Cada día me sorprenden más.
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