¿En dónde estamos parados?
En las últimas horas, el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) dio a conocer la inflación argentina del mes de Julio de este año.
La cifra es del 7,4%.
Este es un dato preocupante, ya que nos referimos a una inflación superior a la de Venezuela, que fue del 5,3% en el mismo mes.
Este es un dato preocupante, ya que nos referimos a una inflación superior a la de Venezuela, que fue del 5,3% en el mismo mes.
Contrariamente, el índice de precios mensual de Brasil marcó una caída récord del 0,68% en Julio. Es la inflación más baja en dicho país desde 1980. En cambio, Argentina está teniendo la inflación más alta en 30 años. La deflación de Brasil responde a una decisión política de apoyar a un Ministro de Economía de la Escuela de Chicago, que hizo un control fiscal y monetario no menor.
En el caso de Argentina, tranquilamente puede haber una inflación anual ubicada entre 90-100% en 2022.
Por otra parte, el gobierno anunció esta semana un adelanto del Impuesto a las Ganancias. Una verdadera ridiculez, porque estamos hablando de un adelanto que ya de por sí se paga por adelantado. Esta es una clara muestra de la desesperación del gobierno al seguir intentando recaudar dinero de la forma que sea; por más que la medida anunciada implique cobrar el impuesto ahora y no poder hacerlo próximamente, ya que nos referimos a un anticipo.
Si bien Sergio Massa llamó a todos los ministerios para encarar un ajuste del gasto público y lograr un orden fiscal, habría que saber qué aumento de gasto significa este tope respecto del año pasado. El gasto público está creciendo 10 puntos por arriba de la tasa de inflación. Así que no tiene ningún sentido hablar de ajuste sin decir cuál es el número.
Lo que sí es bueno es el canje de deuda que logró Massa ayer. Le vencían 2 billones de pesos en Agosto, Septiembre y Octubre; y ahora, se vencerán solo 0,5 billones. O sea que postergó el 80% del vencimiento para el año que viene (aunque en un contexto en el que habrán Elecciones Presidenciales). De todas formas, la mitad estaba en manos del sector público; y la otra, en manos de instituciones financieras del sector privado, que son fácilmente apretables por parte de los gobiernos.
En materia fiscal, va a ser poco probable que se logre cumplir con la meta de 2,5% de déficit primario, porque esto requiere de un apoyo político gigantesco, que no se trata simplemente de llamar a todos los contadores de cada Secretaría o Subsecretaría. Pensemos que antes de la asunción de Massa como Ministro de Economía, Argentina tendía a exceder la meta fiscal en 1.2 billones de pesos. Difícilmente esta situación se pueda revertir, aún con el tarifazo que se está anunciando hoy. Para que eso ocurra, lo que habría que hacer es transferirle menos plata a los gobernadores provinciales (por ejemplo).
TODOS TIENEN MUCHO PARA RECORTAR, empezando por Gildo Insfrán, que ya tiene armado un reino de amigotes en la Provincia de Formosa. Lo mismo puedo decir sobre Jorge Capitanich en Chaco o Gerardo Zamora en Santiago del Estero, donde se construyó un estadio de fútbol en el medio de una PANDEMIA. Es falso que el único recorte que se puede hacer es romperle la cabeza a los laburantes con un tarifazo y pagarle una miseria a los jubilados.
Actualmente, el gasto público está entre unos 80 mil millones y 100 mil millones de dólares arriba del que había en 2003.
Para colmo, se está gastando dinero de una pésima manera. ¿Dónde están los mejores servicios de educación, hospitales, seguridad, fuerzas armadas, comparados con los que existían hace 20 años?
Por supuesto que se puede recortar bastante. Hay ñoquis, empresas públicas deficitarias, obra pública, transferencias discrecionales a provincias. Entonces, que no nos mientan.
En cuanto al escenario económico actual, estamos parados en el mismo lugar en el que nos encontramos previo a las crisis del Rodrigazo, la de José Alfredo Martínez de Hoz, la hiperinflación de 1989, la crisis de 2001/2002, el Fabregazo, y la crisis cambiaria de 2018/2019.
Con respecto a la escasez de dólares en Argentina, hay que entender algunas cuestiones básicas. Una de ellas es que los dólares que posee el Banco Central de la República Argentina no tienen NADA QUE VER con el productor agropecuario ni con las cerealeras. Por ejemplo, el productor vende el cereal a terceros, que en general, son quienes terminan vendiéndolo al exterior. A quien le vende el productor es básicamente a un silo. Pero los dólares del BCRA son responsabilidad del gobierno de turno. NO de los exportadores. Dicho sea de paso, la falta de dólares es un problema mayúsculo para el país; porque de todo lo producido en Argentina, el 40% está compuesto por bienes intermedios importados.
Además siempre van a buscar al agro para reventarlo a retenciones, impuestos y registros de exportación cada vez que el país se queda sin dólares; pero nunca traen a empresarios de la Unión Industrial Argentina (como José Ignacio De Mendiguren), y les preguntan qué hicieron con los dólares de la sustitución de importaciones, una medida que los favoreció muchísimo durante los 12 años kirchneristas, en los cuales vendieron autos, cubiertas, papel, cartón, prendas de vestir, etc, 3 o 4 veces más caros de lo que valen fuera de Argentina.
Además siempre van a buscar al agro para reventarlo a retenciones, impuestos y registros de exportación cada vez que el país se queda sin dólares; pero nunca traen a empresarios de la Unión Industrial Argentina (como José Ignacio De Mendiguren), y les preguntan qué hicieron con los dólares de la sustitución de importaciones, una medida que los favoreció muchísimo durante los 12 años kirchneristas, en los cuales vendieron autos, cubiertas, papel, cartón, prendas de vestir, etc, 3 o 4 veces más caros de lo que valen fuera de Argentina.
Por más que la sustitución de importaciones sea una estrategia COMPLETAMENTE equivocada para que el país consiga dólares, no estaría nada mal ir en busca de esta gente.
De todas maneras, Argentina tiene que refundarse y hacer una cosa totalmente inversa, ya que hace décadas que el país sufre una crisis cada 10 años y tiene altos niveles de pobreza. En parte, esto se debe a que sus gobernantes piensan que acá se puede fabricar todo. Pero la realidad es que los países que prosperan hacen exactamente lo contrario.
De todas maneras, Argentina tiene que refundarse y hacer una cosa totalmente inversa, ya que hace décadas que el país sufre una crisis cada 10 años y tiene altos niveles de pobreza. En parte, esto se debe a que sus gobernantes piensan que acá se puede fabricar todo. Pero la realidad es que los países que prosperan hacen exactamente lo contrario.
En vez de fabricar los autos más caros del planeta para hacerle mierda los bolsillos a los consumidores, se podrían fabricar fierros con 4 ruedas dedicados a cosechadoras, tractores, máquinas para extraer petróleo, etc. En vez de confeccionar prendas de vestir de todo tipo, se podrían hacer borcegos para la gente que trabaja en el campo; y dejar que las prendas de vestir se importen desde Chile o Estados Unidos a un precio mucho más barato. Y lo mismo se puede hacer con el resto de los bienes de la economía.
Promovamos lo competitivo.
Comentarios
Publicar un comentario