La inentendible queja de una transexual canadiense


Una mujer transexual (biológicamente hombre) denunció a su ginecólogo por no querer atenderla.

Sí. Esto es real...

Esta persona fue a hacerse atender por un ginecólogo; y obviamente que éste le dijo que no podía tratar el caso, ya que no tenía el material para revisar genitales masculinos.



Como hoy vivimos en una época de superstición absolutamente absurda en donde la ideología de género está vista como una verdad científica, yo voy a decir algo revolucionario, trasgresor, y posiblemente transfóbico o "transodiante":

Los hombres tienen pene. Y las mujeres, vagina.

Por ende, una mujer trans tiene que ir al urólogo y revisarse la próstata. No por una cuestión de odio (blasfemia), sino por una cuestión anatómica. Los hombres biológicos tenemos cierto tipo de genitales, mientras que las mujeres biológicas tienen otro. 

Yo no puedo ir con mis testículos a hacerme ver con un ginecólogo, porque soy un hombre. Y esta mujer transexual tampoco puede ir, ya que tiene órganos genitales masculinos. Es una realidad científica. No estoy odiando. Les pido por favor que no tiren los libros de Biología a la hoguera al grito de:

"¡¡¡Maldito discurso de odio!!!"

Cabe destacar que no estamos hablando de una persona tonta, ignorante, o un pobre crédulo que se cree lo que le dice la televisión, los políticos y la dictadura silenciosa progresista. Estamos hablando de una activista y abogada transexual canadiense, que se hace llamar Jessica Yaniv. Esto es algo obvio, porque nunca se llaman Marta o Claudia...

Yaniv fue al ginecólogo vestida de mujer. Fue allí cuando el ginecólogo le dijo que no podía atenderla porque "ella" tenía pene, y lo que él revisa es la vagina.

Por cierto, Canadá es un lugar en el que también existe un señor de aproximadamente 60 años, que se hace llamar Stefonknee Wolscht y se autopercibe una chica de 8 años. Entonces, lo adoptó una familia; y tenemos que aceptarlo hasta que esta persona quiera tener un noviecito de 9 o 10 años. Vamos a ver qué pasa con esta superstición una vez que se empiezan a meter con los chicos. Por ahora, se meten con los médicos, que estudian para dejar su vida salvando otra. Primero, estudian años y años para recibirse. Después, estudian años y años para terminar una especialización. Además llevan días enteros haciendo guardia. Una vocación de servicio IMPRESIONANTE. A pesar de ello, ahora tenemos a uno denunciado por un traviolo.

Nos encontramos con un ginecólogo que va a tener que pasear por fiscalías y tribunales porque a una abogada activista trans se le ocurrió que el ginecólogo tenía que revisarle los huevos, como si fuesen "transtestículos" o huevos femeninos.

A la mitología actual que nos atraviesa hay que ponerle un freno; porque si bien nosotros nos podemos tomar este caso en broma, EL MÉDICO NO SE ESTÁ RIENDO. LA ESTÁ PASANDO MAL.

No puede ser que los delirios de una persona transexual perteneciente a una minoría valgan más que la realidad, la ciencia, la evidencia observable, la Medicina, la Anatomía, la carrera de un ginecólogo, la vida de un médico. Además, ser una minoría no siempre es algo bueno. De hecho, los neonazis también son una minoría. Así que terminemos con el cuento.

No podemos dejar que este mundo se siga rigiendo por supersticiones. En algún momento, vamos a tener que poner un límite. Y el límite se pone ejerciendo presión social sobre quienes gobiernan. Muchachos, somos aproximadamente el 98% de la población. Si nosotros no ejercemos una presión social para que estas pelotudeces terminen, entonces después no lloremos.

Y que quede claro que este no es un hecho aislado de Canadá.



Asimismo, he hablado varias veces sobre los violadores autopercibidos mujeres que terminaron encerrados en cárceles femeninas, y que por supuesto terminaron violando a las otras reclusas. Hubo casos en Reino Unido, Argentina y Estados Unidos.

También he hablado de casos de golpeadores que en el medio de una causa por violencia de género, se autopercibieron mujeres y dichas causas quedaron sin efecto. Esto ocurrió en Madrid y Asturias (España).

Lo mismo dije sobre aquella pelea que tuvo lugar en la Provincia de Chaco, Argentina, en donde 2 travestis golpearon SALVAJEMENTE a una mujer y casi la matan.

Ni hablar de los casos que tuvieron lugar en el deporte, como fue el de la nadadora trans Lia Thomas o los veteranos de guerra autopercibidos mujeres, que se metieron en la lucha libre femenina y dejaron al borde de la muerte a las luchadoras mujeres.

Entonces, lo vuelvo a repetir:

O hacemos algo al respecto, o lo vamos a terminar lamentando en serio.

Y no hablo de ser violentos ni de segregar a nadie, sino de pedir que predomine la realidad por los sentimientos y las autopercepciones de la gente.

No es tan difícil...

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