Renunció Martín Guzmán
En las últimas horas del día, el Ministro de Economía Argentina, Martín Guzmán, acaba de renunciar.
Ante todo, hay que entender que el problema de la economía no es Guzmán, quien nunca implementó un plan económico y cometió el error de meterse en un gobierno que no tenía rumbo, y cuyo único objetivo era solucionar los problemas judiciales de la Vicepresidenta.
El problema es el Kirchnerismo, que con su estatismo e intervencionismo, quiere repartir plata que no existe. De hecho, en la campaña electoral, Alberto Fernández ya hablaba de "ponerle plata en el bolsillo a la gente".
También es curioso que un Ministro de Economía renuncie en medio de "una crisis de crecimiento", tal como dijo Alberto Fernández la semana pasada ante las críticas que recibió por la falta de dólares en Argentina. A decir verdad, Guzmán renuncia en medio de la crisis política, económica y social del cuarto gobierno kirchnerista.
La realidad es que este gobierno no tiene ninguna capacidad de revertir la situación que Argentina está atravesando. Sea quien sea el nuevo Ministro, lo que puede hacer es un ajuste de tipo Fabregazo, que agravaría la crisis.
Apretar constantemente el cepo cambiario es someter una olla hirviendo a cada vez más presión. Tarde o temprano, dicha olla revienta y la tapa vuela por el aire. O sea que si no se elimina el cepo a tiempo, podemos encontrarnos con una megadevaluación, un golpe inflacionario brutal, un tarifazo, un tremendo salto de la pobreza y un aumento del conflicto social. Por lo tanto, si hay pocos dólares, lo ideal sería quitar las restricciones cambiarias y dejar flotar el peso sin intervención del Banco Central de la República Argentina. Hay que permitir que el Dólar Oficial ficticio de 130 pesos encuentre el precio de equilibrio.
¿Dejar el Dólar libre luego de eliminar el cepo implicaría una devaluación? Sí. Y el porcentaje dependerá de cuanto se acerque el tipo de cambio oficial al paralelo. Si el precio máximo de éste último es de 240 pesos, entonces el techo podría ser una duplicación en el salto del Dólar; pero esto sería lo menos probable. Eliminar el cepo puede significar que el Dólar se ubique en 180, 130, 200 o 160 pesos. Pero si no se flota hoy, el Dólar puede llegar a niveles peores, a tal punto que estaríamos en presencia de una crisis como la del Rodrigazo (1975).
Si el cepo se aprieta demasiado, termina explotando; y la inflación saltará mucho más que si el cepo se eliminara ahora. Así que cuanto más tiempo se mantenga el cepo, peor va a ser el final del mismo.
Con respecto a la renuncia de Guzmán, no hay Ministro que pueda resolver esto si detrás no hay un gobierno creíble. Basta con ver la imagen de Cristina Kirchner, Alberto Fernández, Máximo Kirchner, Sergio Massa y Axel Kicillof. TODOS están por encima del 60-70% de imagen negativa. O sea que estamos en presencia de un conjunto de políticos que pretenden gobernar sin tener credibilidad. Entonces, ponen un Ministro en Economía y hace aguas.
Por ejemplo, Domingo Cavallo (exministro de Economía) tenía el respaldo político de Carlos Menem en los 90. Pero como Fernando De la Rúa no tenía dicho respaldo político en 2001, Cavallo no llegó ni a la esquina cuando fue su Ministro.
Por ejemplo, Domingo Cavallo (exministro de Economía) tenía el respaldo político de Carlos Menem en los 90. Pero como Fernando De la Rúa no tenía dicho respaldo político en 2001, Cavallo no llegó ni a la esquina cuando fue su Ministro.
Estamos frente a un problema MAYÚSCULO.
Para colmo, hoy el gasto público primario está creciendo por arriba de la tasa de inflación: 88,6% contra 60% (Mayo 2021 - Mayo 2022). Y cuando miramos los rubros del gasto, nos encontraremos con que subieron todos; no solamente los subsidios económicos.
Como si todo esto fuera poco, el gobierno no tiene ninguna fuente de financiamiento para cubrir el déficit fiscal, que crece todos los meses. No hay acceso al crédito externo, y sobre la deuda interna, Guzmán se desesperó por conseguir que le renovaran lo que se vencía. A su vez, ya no hay margen para exprimir a la gente con los impuestos. Por ende, lo único que queda es la emisión monetaria.
Asimismo, puede pasar que intenten emitir moneda, y lanzar al país a un proceso inflacionario más agudo que el actual.
Por cierto, Cristina dijo hace poco que la causa de la inflación no es el déficit fiscal y su financiamiento monetario, sino la economía bimonetaria que hay en Argentina, ignorando que JUSTAMENTE, ésta se origina por la desconfianza en el peso por la inflación, causada por el déficit fiscal y su financiamiento monetario. Cristina está confundiendo la consecuencia de la inflación con la causa.
Para cerrar, quiero decir que ni bien asuma un nuevo gobierno en 2023, deberá realizar un cambio EN SERIO.
Tiene que encargarse remover las causas de esta decadencia, que son las mismas que las que ya se han desatado a lo largo de este último medio siglo: economía cerrada, Estado elefantiásico y leyes laborales cavernícolas. Hay que tirar todo esto a la basura y abrirnos al comercio, minimizar el tamaño del Estado y hacer una reforma laboral.
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