Cristina Kirchner, condenada a 6 años de prisión


Hay una muy buena noticia, y es que después de mucho tiempo, una lucecita de justicia iluminó un poco a la desdichada República Argentina.

Se trata de la condena a Cristina Fernández de Kirchner.

Después de una causa de un juicio oral que llevó 3 años y terminó concluyendo al día de hoy, la actual Vicepresidenta de la Nación Argentina fue declarada culpable por corrupta.

Cristina Kirchner, que fue Presidenta de nuestro país entre 2011 y 2015, ha sido condenada a 6 años de prisión y una inhabilitación perpetua para ejercer cargos.

Técnicamente, la condena es por defraudación al Estado, en una causa llamada Vialidad.

Con respecto a esta causa, se investigaron 51 licitaciones de obras públicas, que fueron creadas durante los 12 años en los que gobernó el Kirchnerismo (2003-2015). Luego de haber sido estudiadas por mucho tiempo, se descubrió que los Kirchner construyeron una empresa constructora (valga la redundancia) llamada Austral Construcciones. Esto se llevó a cabo días antes de que Néstor Kirchner asumiera la Presidencia en 2003. Posteriormente, a la empresa le fueron adjudicadas la mayoría de las obras viales que se realizaron en la Provincia de Santa Cruz, que fue gobernada por Néstor en la década del 90.

Al frente de la empresa Austral Construcciones, pusieron a un socio de ellos que obró como testaferro, llamado Lázaro Báez. Fue un ex gerente del Banco de Santa Cruz, y no tenía ninguna experiencia en el rubro de Construcciones. Se lo puso como testaferro para realizar la firma, y recibir el dinero del Estado Nacional para hacer la mayoría de las obras del sur del país.

Las 51 obras adjudicadas a Austral Construcciones constituyen el 79% de las obras de la Provincia de Santa Cruz, a lo largo del período en el que se realizaron. Pero solamente 3 de las 51 obras fueron finalizadas a tiempo, mientras que una mitad NUNCA fue concluida.

Además, Austral Construcciones fue beneficiada con aumentos de precios. Se presentaron pruebas que indicaban que los sobreprecios iban de un 18% a un 102% en todas las obras analizadas. Esto significa que los precios aumentaban respecto del valor real del mercado, para que los responsables de la empresa se queden con esa diferencia en el bolsillo.

En 2007 y 2011 (años electorales en los que Cristina Kirchner ganó las Elecciones Presidenciales), las irregularidades aumentaban drásticamente; ya que esa era la manera de financiar las campañas políticas. O sea, con la corrupción de las licitaciones públicas a su propia empresa manejada por el testaferro Lázaro Báez.

Y curiosamente, Austral Construcciones dejó de operar en el mes de Diciembre de 2015; momento en el que Cristina Kirchner dejó el poder.

El día lunes de esta semana, cuando se leyó el veredicto que la considera culpable, el Tribunal Oral Federal 2 dijo lo siguiente:

"Tenemos la certeza de que, mediante la tramitación de cincuenta y un procesos de licitación pública para la construcción de obras viales sobre rutas nacionales y provinciales en la Provincia de Santa Cruz, entre los años 2003 y 2015, tuvo lugar una extraordinaria maniobra fraudulenta que perjudicó los intereses pecuniarios de la administración pública nacional en los términos y condiciones establecidos por la ley penal".

A su vez, la fiscalía habló de un perjuicio nacional 5.231 millones de pesos. Pero solo en esta causa, ya que CFK es una campeona de las causas de corrupción. Lo que esta tiene de especial es que concluye con una condena.

Hace muchos años, una gran cantidad de argentinos se preguntaban cómo hizo Cristina para comprarse 26 propiedades, 4 hoteles, aumentar su patrimonio en un 4.000%, regalarle 5 millones de dólares a su hija, y cómo hizo Lázaro Báez para dejar de ser un monotributista empleado de un banco, convirtiéndose en uno de los hombres más ricos del país.

Aparentemente, empezamos a darnos cuenta de cómo fue que se logró todo esto, ya que se comprobó judicialmente que Cristina Kirchner ha cometido un acto de corrupción.

Desde mi punto de vista, uno de los problemas de la filosofía política consiste en diferenciar al Estado de una banda de ladrones. Una de las preguntas de fondo que se ha hecho siempre en la filosofía política (que puede ser expuesta de formas muy distintas) es cómo diferenciamos a un burócrata, que me quita el fruto de mi trabajo bajo el rótulo de "impuestos", de un grupo de delincuentes. Dicho en otros términos, la principal pregunta es cómo se diferencia a un cobrador de impuestos de un mafioso.

¿Existirá esta diferencia?

¿O no será que los políticos son ladrones de saco y corbata?

De ser así, ¿cómo puede ser que la democracia sea el acto de elegir a los ladrones que nos van a esquilmar?

Los filósofos más importantes de la historia universal han dado distintas opiniones.

Por ejemplo, Aristóteles legitima al Estado en función de la naturaleza humana, al afirmar que el hombres es por naturaleza un animal político. Vivimos en polis, en un espacio político común, el cual está en función de un bien que es superior. Y por lo tanto, para conseguir ese bien, el Estado demanda cosas de los individuos. Así es cómo lo explica en su obra "La Política".

En el comienzo, el libro dice:

"Puesto que vemos que toda ciudad es una cierta comunidad y que toda comuni­dad está constituida con miras a algún bien [...], es evidente que todas tienden a un cierto bien, pero sobre todo tiende al supremo la superior entre todas y la que incluye a todas las demás. Esta es la llamada ciudad y comunidad cívica".

O sea que la polis, en virtud de la cual se despliega la política, es un tipo de comunidad superior a cualquier otra; motivo por el cual le corresponde un bien superior, en el cual Aristóteles encuentra la justificación de lo que la polis le demanda a cada ciudadano, para poder conservar su integridad organizacional.

Santo Tomás, que fue un grandísimo lector de Aristóteles, dice lo mismo. Trata de legitimar el orden político a través de la naturaleza social del hombre. Y a ese tipo de bien superior lo llama bien común, que es cualitativamente distinto del bien particular e incluso de la suma de los bienes particulares de los individuos. Ese bien común es al que tiende la organización política. Y en función de ese bien común, queda legitimada dicha organización. A través de este bien común, la organización política puede demandar, por ejemplo, contribuciones. Los individuos tienen que pagarle a la organización política porque ésta es la única capaz de apuntar a un bien común, que es cualitativamente superior.

Tiempo después, han aparecido miradas de filósofos modernos, como Thomas Hobbes. Él decía que si no hay Estado, nos matamos entre todos. Necesitamos un soberano para que imponga la paz (a punta de pistola). Hay que contribuir a la existencia de dicho soberano absoluto; porque si él no estuviese allí presente, se desatará una guerra entre todos los individuos, sin paz ni seguridad posible.

John Locke, uno de los precursores del Liberalismo, decía que necesitamos un Estado para que cada uno no sea juez de su propia causa; y que además, en el Estado hay que solicitar la protección de la propiedad, la vida y la libertad, que son los 3 derechos fundamentales del Liberalismo Clásico. Que quede claro que este filósofo NO era anarquista. En una versión que sí es propia del Anarquismo, el Estado se rechaza por completo.

En el Siglo XVIII, Jean-Jacques Rousseau quiere al Estado para que sea posible la libertad política; o sea, para organizar políticamente al hombre mediante la voluntad general, que es cualitativamente superior a la simple suma de las voluntades. Y de esa voluntad general, se imponen obligaciones a los individuos.

Como se han dado cuenta, siempre se busca una justificación a la existencia del Estado. Se intenta explicar por qué le pagamos al Estado, y por qué éste es diferente a una banda de ladrones. Entre los argumentos, se menciona el bien común, la voluntad general, el otorgamiento de la seguridad, la posibilidad de tener una res pública, y la libertad política.

¿Pero cuál de todos estos argumentos es creíble en Argentina desde 2003 hasta 2022?

No tuvimos seguridad, justicia, defensa de la propiedad, la vida, la libertad, ni bien común; porque para que haya bien común, no debería ocurrir que el común de las personas paguen impuestos en favor de un grupo de ladrones que los utiliza para un disfrute particular. Eso es la corrupción: el dinero del pueblo no se utiliza para lo que el pueblo demanda, sino para que los políticos puedan darse una vida de lujos.

Así que diferenciar al Estado Nacional bajo gobiernos kirchneristas de una banda de ladrones es imposible. Eso es lo que son justamente estos funcionarios. Una banda de ladrones. Y ya quedó confirmado judicialmente.

Por eso es que a pesar de que muchos esperaban una condena superior o que Cristina vaya presa, lo de hoy es digno de celebrar. Simbólica y políticamente, se comprueba que no había diferencia entre el Estado y un conjunto de delincuentes.

Dejando de lado la cuestión teórica o filosófica, quisiera hacer agregar otros detalles.

Entre ellos, me parece lamentable que quien esté involucrada en un caso de corrupción sea la Vicepresidente en funciones.

También hay que recordar que si bien la causa está avanzando en el presente, ésta fue cajoneada por varios años (como tantas otras). Y fue cajoneada por el mismísimo Julián Ercolini, a quien Cristina Kirchner acusa de estar persiguiendo judicialmente. Nos referimos a un Juez que estuvo demorando la causa por mucho tiempo, y ayudando a la expresidenta de nuestro país.

Al margen de que la condena sea una buena noticia, lo que no me gusta de todo esto es que la Justicia siempre espere en el momento de actuar, y que lo haga cuando el poderoso está débil. Si este gobierno tuviese asegurada la reelección de 2023 y Alberto Fernández (el Presidente actual) tuviese una imagen por las nubes, quizás la Justicia no actuase de la misma forma que actúa en el escenario que estamos presenciando. Así es el funcionamiento de la Justicia argentina. Los jueces se van fijando en quiénes están más débiles y quiénes están más poderosos. Esa es una falla que debemos resolver. Es un asunto que la república y la independencia de poderes nos tiene pendientes.

Esta causa está dormida hace aproximadamente 10 años; y hubiera sido bueno que se tratara y se fallara en aquel entonces. Por eso es que para los ciudadanos de a pie, la Justicia argentina sigue siendo un problema; tal es así que están mandando a juicio a un jubilado por defenderse de unos delincuentes que entraron a su casa. El jubilado mató a uno en legítima defensa: mientras que otro de los delincuentes ya está en libertad.

Por más que la condena a CFK sea un fallo ejemplar, la Justicia argentina sigue dejando bastante que desear. Este comentario lo hago para que no nos relajemos en la idea de que la Justicia empieza a ser perfecta. Cuando la oposición tiene chances de ganar, van contra el oficialismo. Pero cuando el oficialismo está fuerte, se archivan las causas. Además esto no se trata de un fallo firme. Lo van a recusar, el juicio lleva años, etc. Ver a Cristina tras las rejas es algo imposible; sobre todo porque ella va a ir a prisión domiciliaria debido a su edad. En 2023, cumple 70 años. En su defecto, lo más valorable del fallo no es que CFK pueda ir presa, sino el precedente "robar está mal". Aún así, también es cierto que en los papeles, Cristina sigue en el poder; más allá de que esté debilitada y sin el dominio que tenía en 2011.

Y para tener una idea acerca de cómo actúa la justicia ante la debilidad de este gobierno, la persona que nombró a los 3 jueces que la condenaron fue LA PROPIA Cristina Fernández de Kirchner. Así que todo este cuento de la "Justicia macrista", la "Justicia de la Derecha", la "Justicia de Clarín", se cae por completo. Acá no hubo ningún pelotón de fusilamiento, como dice la Vicepresidenta.

Asimismo, lo único importante del fallo tiene que ver con que se marcó un precedente. Pero hablar de CFK presa es alucinar. Con las propiedades que tiene, más de uno firmaría estar en prisión domiciliaria en el Calafate. Como ella tiene 69 años, recibirá una prisión domiciliaria en un albergue de lujo. CFK no va a ir tras las rejas. Incluso puede usar la martirización a su favor para que esto no ocurra.

Por otra parte, se está activando la misma operación que se hizo con Luiz Inácio Lula da Silva, que fue electo como Presidente de Brasil este año. Por ejemplo, se sugiere una persecución contra el Kirchnerismo, mientras que hace un par de días, Alberto salió a dar una Cadena Nacional diciendo que condenaron a una persona inocente (lo contrario a lo que decía hace unos años cuando ella era Presidenta). O sea que ya hay toda una victimización puesta en marcha, en donde se plantea que hay un Poder Judicial oligárquico que odia a los pobres, mientras que a ella, que es supuestamente la representante de los pobres, la quieren presa o muerta, y por eso quisieron atentar contra CFK hace unos meses, etc, etc, etc.

Vemos a un gobierno absolutamente debilitado. De hecho, todo este aparataje discursivo surge cuando supuestamente, a CFK le gatillan en la cabeza en la puerta de su casa, en un extrañísimo caso de un protocolo de seguridad que nadie siguió, frente a una estrategia de inteligencia muy obvia; como unos gigantescos copitos de algodón de azúcar rosados en un lugar donde no había ningún niño que pudiera consumirlos. Dicho sea de paso, a través de los medios de comunicación oficialistas, el Kirchnerismo ha estado acusando a todos los liberales de este supuesto atentado.

Para colmo, en la Cadena Nacional que dio Alberto Fernández el día lunes, este fantoche salió básicamente a apretar a los jueces. Pero evidentemente, Alberto da menos miedo que un conejo bebé, porque los jueces condenaron a mansalva a CFK.

Este es otro signo de la poca debilidad del gobierno kirchnerista, y de la poca autoridad de Alberto Fernández, ya que no impuso ni un poco de temor a la hora de la decisión que debían tomar los jueces. Encima es tan malo estratégicamente, que la Cadena Nacional la hizo EN EL MEDIO del partido Brasil vs. Corea del Sur por el Mundial de Fútbol.

Intelectualmente hablando, al Kirchnerismo lo hemos sobrevalorado bastante...

Y como dicen los opositores, este es un gobierno terminado.

Conclusión:

Todos estamos celebrando que Cristina es oficialmente una corrupta. 

Pero de todas formas, esto hay que tomarlo con pinzas. 

No solo porque el país está destruido, sino porque CFK es una persona que nunca va a ir presa tras las rejas, hay una cantidad enorme de causas que se vienen acumulando desde hace años, y la que estamos tratando salió recién en 2o22.

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