Los primeros meses del gobierno colombiano de Petro
A fines del mes de Noviembre de 2022, se cumplieron los primeros 100 días del gobierno de Gustavo Petro en Colombia; y vale la pena analizar algunos de los puntos más relevantes de esta momentánea gestión.
Nicolás Maquiavelo, uno de los precursores de la Ciencia Política Moderna, decía que el Príncipe debía dedicar los primeros 100 días de poder a ejecutar las políticas más difíciles de aceptar por parte del pueblo, ya que suponía que durante los primeros 100 días, el pueblo y sus esperanzas políticas iban a ser capaces de tolerar de mejor gana aquello que resulta muy duro de recibir por parte del gobierno.
Esto hace que el análisis político contemporáneo hable de los primeros meses de una administración durante un período en el que se espera que la gente esté dispuesta a tolerar sus medidas, incluyendo las cosas que hace mal.
¿Y por qué empiezo escribiendo la nota con esta introducción?
Porque en el caso del gobierno de Gustavo Petro, no hubo tal comportamiento de parte de la sociedad.
Porque en el caso del gobierno de Gustavo Petro, no hubo tal comportamiento de parte de la sociedad.
Mucho tiempo antes de los 100 días, la imagen de Petro se vino a pique. Desde Agosto hasta Octubre, la aceptación popular cayó 10 puntos.
Lo mismo ha ocurrido en países con mandatarios izquierdistas; como Nicolás Boric en Chile, que está midiendo por debajo del 25%; o Pedro Castillo en Perú, quien apenas mide el 22,2% de aceptación. Esto muestra el camino por el cual puede seguir también la imagen de Gustavo Petro.
Ahora bien, ¿qué es lo que ha pasado con el gobierno de Petro en sus primeros 100 días?
Se esperaban grandes cambios por parte de sus votantes, y que por fin los colombianos vivan una situación económica merecida.
Sin embargo, las cosas no han funcionado muy bien.
Como ustedes recordarán, Petro ganó las Elecciones Presidenciales en una segunda vuelta, con el 50,44% de los votos. Ese día, el Dólar valía 3.905 pesos colombianos.
Como ustedes recordarán, Petro ganó las Elecciones Presidenciales en una segunda vuelta, con el 50,44% de los votos. Ese día, el Dólar valía 3.905 pesos colombianos.
En cambio, hoy la divisa norteamericana cotiza unos 4.779 pesos colombianos. Y hace apenas 3 semanas, llegó a estar por encima de los 5.000 pesos colombianos.
O sea que el tan esperado cambio de Petro no fue positivo en ese sentido.
Al ser electo como Presidente, Petro nombra a su gabinete de Ministros. Allí, aparecen algunos nombres muy extraños. Por ejemplo, la Ministra de Minas y Energía (en un país cuyas divisas provienen mayormente de este sector) es Irene Vélez. Curiosamente, esta mujer ha sido una gran enemiga del sector minero y energético de Colombia. Pero no solo eso, sino que además, ella no se dedica a los asuntos técnicos, científicos y especializados; sino que en realidad, es filósofa.
Sí. Pusieron a una FILÓSOFA como Ministra de Minas y Energía.
Y no a una filósofa cualquiera, sino a una que tiene como enemigos a los mineros y aquellos individuos que se dedican al sector energético. O sea que paradójicamente, esta Ministra es activista contra la minería.
Obviamente que esta noticia hizo temblar al mercado. Sobre todo porque Irene Vélez se sumó al trencito de la no explotación y la no exploración de petróleo, que lo que hace es detener el sistema, sin que a los impulsores de esta movida les importe que Colombia dependa económicamente de este tipo de recursos.
Otra Ministra que también hizo bastante ruido fue Carolina Corcho, quien está al mando del Ministerio de Salud. Ella está preparando una reforma de salud en la cual se plantea acabar con las Entidades Promotoras de Salud (EPS), que son parte de un sistema privado, eficiente, y que si bien tiene algunos problemas, la Ministra de Salud quiere eliminar de raíz; argumentando que se trata del peor sistema de salud del mundo.
Esto es un poco raro, ya que en Octubre de este año, el Índice de Salud del diario The Economist ubicó a Colombia entre los 10 sistemas de salud más inclusivos del mundo, sobre la base de 37 indicadores. En tanto, no se sabe de dónde proviene la información de Corcho; pero aún así, transmite la sensación de que Colombia no puede tener un sistema de salud peor que el actual, motivo por el cual se supone que hay que quitar las EPS.
Por otra parte, podemos hablar sobre el rol de Petro en la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Por si no lo saben, en un discurso en el que parecía estar borracho, Petro dijo lo siguiente:
"¿Qué es más venenoso para la humanidad? ¿La cocaína, el carbón o el petróleo? El dictamen del poder ha ordenado que la cocaína es el veneno y debe ser perseguida, así ella solo cause mínimas muertes por sobredosis, y más por las mezclas que provoca su clandestinidad dictaminada; pero en cambio, el carbón y el petróleo deben ser protegidos, así su uso pueda extinguir a toda la humanidad".
Petro está diciendo que la cocaína no tiene nada de malo, excepto el hecho de que sea ilegal. Pero el carbón y el petróleo, que son sectores gracias a los cuales funciona la industria moderna y hasta le permitieron a Petro llegar en avión a la ONU, van a extinguir a la humanidad.
Aparentemente, el Socialismo de hoy está ligado con distintos tipos de relatos que no tienen que ver con la vieja lucha de clases, sino con cuestiones como el sexo, el género, las etnias o el medioambiente. Asimismo, el gobierno de Petro está apostando a esta última variable con especial fuerza. No es algo diferente a lo que hacen los otros gobiernos de izquierda en Latinoamérica, que lejos de estar agitando una suerte de lucha de clases, reinterpretan otros tópicos. En este caso, una lucha del hombre frente al medioambiente. Entonces, nos dicen que tenemos que detener el sistema económico, y apostar a las regulaciones del Estado para que éste haga decrecer la economía, y así poder salvar el mundo. Primero, a la naturaleza. Después, a la humanidad. Así de inentendible es el orden de las prioridades en este nuevo discurso ambientalista radical.
Bajo este razonamiento, la cocaína no tiene nada de malo para Petro; pero el carbón y el petróleo tienen que prohibirse, a punto tal que nombra a una Ministra de Minas y Energía que considera que hay que detener estas máquinas. Y si las detienen, van a tener que sacar recursos de otro lado; de manera tal que la opción va a ser un país llamado Venezuela. Ese es el modelo. Que Venezuela le venda su petróleo a Colombia; sin importar que esto sea algo que Colombia pueda producir. El petróleo se lo comprarán a su socio Nicolás Maduro y la élite dictatorial, que sujeta y somete a todo el pueblo venezolano.
Incluso las declaraciones de la Ministra de Minas y Energía de Colombia dan un poco de vergüenza. Cuando ella quiere comentar sus planes en el Congreso, empieza a leer sus intervenciones; y le avisan que en el reglamento del Congreso, está establecido que no puede leer. Además confunde los números. Por ejemplo, en vez de hablar de 12 mil billones, habla de 12 billones; tiene errores gravísimos, hasta que termina hablando de lo único que sabe, que es pedir más enfoque de género, más interseccionalidad, acusar a la Ciencia de machista, opresora, patriarcal, motivo por el cual hay que deconstruirla, etc.
De hecho, esta señora fue firmante de un manifiesto en contra de la ciencia hegemónica. Y así le va. Con esto se ya se están viendo impactos en el mercado petrolero. Por ejemplo, la empresa estatal colombiana Ecopetrol está cayendo. El 11 de Noviembre de 2022, decayó 8 puntos en la bolsa. Para colmo, las expectativas del sector son pésimas. Y es imposible que tenga buenas expectativas, si tenemos en cuenta que la propia Ministra de Minas y Energía está diciendo que hay que detener la exploración y la explotación, frenando este sistema. Y las consecuencias de la caída no la van a sufrir los ricos (que lo que hacen es sacar sus capitales e irse del país), sino los POBRES.
Además es interesante saber que la Ministra no solo es una filósofa que no tiene idea del asunto científico de la energía, sino que para justificar la entrada a este Ministerio, reformaran los reglamentos. Por eso es que actualmente, al Ministerio de Minas y Energía pueden ingresar teólogos, politólogos, sociólogos, etc, etc, etc; para que toda esa gente que no tiene nada que hacer en el mercado (ante la falta de interés de sus servicios) tenga un lugar en el gobierno, ya que son militantes de causas izquierdistas. Entonces, los meten en un Ministerio como el de minas, aprovechando que quieren destruir el sector petrolero, el cual es CLAVE en la economía colombiana.
Otra observación que podemos hacer es que en los primeros 100 días de la gestión de Petro, y teniendo mayoría en el Congreso, se aprobó una reforma tributaria.
Y precisamente, durante el gobierno anterior, Iván Duque también quería introducir una reforma como esta en 2020, cuando varios grupos de delincuentes INCENDIARON Colombia. Los mismos a quienes hoy Petro premia, ensalza y reivindica. Pero contradictoriamente, cuando es Petro quien hace una reforma tributaria gravando y subiendo impuestos en un montón de productos alimenticios (entre otros bienes), está todo bien.
Si la reforma tributaria la hace un izquierdista como Petro, no pasa nada. Nadie sale a hacer destrozos, romper un metro ni atacar a la policía. Pero si dicha reforma la hace la "Malvada Derecha" (de la mano de Duque), entonces tiene que arder Colombia; y eso fue lo que hemos visto.
En cuanto a la nueva reforma tributaria, que va sobre muchos tipos de alimentos, Petro tuvo que justificar dicha medida en cada uno de ellos. En sus explicaciones, dijo que había que pagar impuestos sobre estos bienes porque algunos de ellos son insalubres; como por ejemplo, las gaseosas. El mandatario colombiano dijo que el impuesto a las gaseosas no es para recaudar dinero, sino para que la gente deje de tomar tanta gaseosa. De todas maneras, el verdadero objetivo de la reforma tributaria sí es recaudar dinero. En total, unos 20 billones de pesos colombianos en el año 2023.
Es realmente interesante el nivel de infantilización al que nos someten, ya que Petro quiere controlar que los adolescentes de Colombia no tomen tanta gaseosa, cuidándolos como si fuesen sus hijos. Si yo quiero tomar gaseosa, ¿por qué tengo que estar sujeto a un tipo que se le ocurre que yo no debería tomarla porque tiene mucha azúcar?
Curiosamente, quien nos hace este pedido es EL MISMO TIPO que nos dice que la cocaína no es tan mala, siempre y cuando el Estado no intervenga. Pero en el caso de las gaseosas, hay que llenarlas de impuestos para que la gente deje de tomar tanta cantidad.
- Carne y despojos comestibles, salados o en salmuera, secos o ahumados.
- Harina y polvo comestibles, de carne o de despojos.
- Embutidos y productos similares de carne, despojos o sangre, y preparaciones alimenticias a base de estos productos.
- Las demás preparaciones y conservas de carne, despojos o sangre.
- Papas fritas.
- Patacones.
- Chicharrones empacados.
- Snacks o pasabocas empacados.
- Galletas dulces que contengan adición de edulcorante (por ejemplo, aquellos que contengan aspartame, sucralosa, sacarina y potasio de acesulfamo).
- Barquillos y obleas, incluso rellenos (gaufrettes, wafers) y wafles (gaufres).
- Ponqués y tortas.
- Bizcochos y pasteles de dulce.
- Merengues.
- Cacao en polvo con adición de azúcar u otro edulcorante.
- Confites de chocolate.
- Frutas recubiertas de chocolate y/u otros productos de confitería y repostería, y demás preparaciones alimenticias que contengan cacao, que no sean en bloques, tabletas o barras, y que tengan adición de azúcar u otros edulcorantes.
- Artículos de confitería sin cacao, incluido el chocolate blanco.
- Helados, incluso con cacao.
- Únicamente los postres a base de leche, incluido el arequipe.
- Manjar blanco o dulce de leche.
- Salsas y sopas.
- Cereales.
Y supuestamente, TODO ESTO EN NOMBRE DE TU SALUD.
Encima muchos de los productos que mencioné son la típica base alimenticia de personas con pocos recursos. Estamos hablando de salchichas, embutidos, sopas.
¿Por qué esa gente debe empezar a pagar impuestos por comprar, por ejemplo, salchichas?
Nos dicen que es porque no son sanas. ¿Pero entonces qué quieren que compre esa gente, y qué se les va a dar con el dinero de esos impuestos luego de quedarse con sus ingresos (que son bajísimos)?
Esto es una cosa inaceptable. Y lo hacen los mismos gobernantes que después dicen que gobiernan para los pobres.
Como si fuera poco, el proyecto de ley prevé incluso cárcel para evasores.
Siguiendo con los puntos que hay para analizar, vale la pena hablar del restablecimiento de las relaciones con Venezuela.
En sus primeros 3 meses de gobierno, Gustavo Petro priorizó la normalización de las relaciones con la dictadura venezolana de Nicolás Maduro, luego de que históricamente, el modelo de Colombia haya sido antitético al Chavismo. Y hoy, Colombia pasa a ser un aliado estratégico, ideológico, político y comercial de Venezuela.
Esto es muy grave porque Maduro empieza a recibir mucho apoyo de la región; como puede ser del gobierno argentino, peruano, y hasta estadounidense. Incluso el Presidente de Francia, Emmanuel Macron, le estrechó la mano hace unos días. Y claro, si hay algo que tiene Maduro es PETRÓLEO, que es lo que Petro y su Ministra de Minas y Energía no quieren explorar ni explotar.
A su vez, Petro está jugando a la impunidad del Ejército de Liberación Nacional (ELN), que es un grupo guerrillero sanguinario de Colombia. Se están intentando negociaciones para generar lo mismo que se logró con la Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). Lo insólito es que el Petrismo silencie las masacres que se están viviendo en Colombia. Ellos se quedan bien mudos frente a esto.
Si repasamos los datos, en 2021 hubo 17 masacres. Y en lo que va de 2022, la cifra aumentó a 26. Es un crecimiento significativo, que se va a empezar a usar como carta de negociación para tratar de generar "la paz". Pero a lo que le llaman la paz es a la impunidad de los guerrilleros, asesinos y secuestradores. Eso es lo que va a buscar Petro; porque desde luego que toda esta gente es amiga suya. Él viene de allí. Surgió de esa ideología, de ese núcleo, de esa militancia; y más concretamente, de esa estructura.
Para ir cerrando, puedo mencionar algunos datos de índole económica.
La inflación anual de Colombia llegó al 12,2%, según el Índice de Precios al Consumo (IPC). Las tasas de interés están rondando el 11%. La deuda pública SE DISPARÓ. El desempleo es del 10,7%, según el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane). Y el Dólar, que se ubicaba alrededor de 3.900 pesos colombianos cuando Petro fue electo, hoy ronda los 4.800 pesos colombianos; y por momentos, ha superado la barrera de los 5.000. Todo esto en tan solo 3 meses y medio.
Un último comentario:
Cuando Nicolás Boric, Pedro Castillo y Gustavo Petro ganaron las Elecciones Presidenciales en Chile, Perú y Colombia respectivamente, yo lo lamenté por los habitantes de dichos países; imaginándome que la iban a pasar mal porque ya sabemos el final de estas películas. Esto ya lo conocemos. Por más que ellos digan que son algo nuevo, todas sus recetas son las mismas. Y lo que hacen es empobrecer a los pueblos.
Por más que los petristas se burlen diciendo que los liberales, libertarios o derechistas están llorando por el triunfo de Gustavo Petro, ellos también van a llorar; porque aquellos que sí lo han votado la van a pasar tan mal como aquellos que no lo votaron. Todo el pueblo colombiano se verá afectado.
El problema que tienen los izquierdistas puede explicarse con el siguiente ejemplo:
Supongamos que Juan tiene una botella de whisky y se la está tomando toda. Entonces, yo le aconsejo que no lo haga porque va a terminar ebrio y en un coma alcohólico. Pero Juan me responde que su whisky es nuevo, y que se trata de una cosa completamente distinta que no genera ninguno de los efectos que yo estoy acusando. Afirma que es un whisky maravilloso. Es el cambio.
Al ser así, yo le digo que se lo tome entero. Pero cuando lo hace, Juan termina REVENTADO.
¿Qué debo hacer yo al respecto?
¿Decir que Juan tuvo mala suerte por el efecto que le causó el whisky?
¿O decir que es un tarado que se pensó que el whisky le iba a generar otra cosa?
Eso es lo que pasa con los votantes de Petro, Boric, Castillo, etc. Tienen la misma confusión.
Las consecuencias se repiten.
Aparece la inflación, la devaluación, la pobreza, un país convertido en una república bananera.
Yo no puedo llorar por estos resultados.
Lo que puedo hacer es advertir las consecuencias de estas medidas, que en el caso de Colombia, han aparecido luego de que una gran parte de la población votara a Gustavo Petro, cuya imagen de popularidad cayó pocos meses después de llegar al poder.
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