Las cifras reales del desempleo en Argentina


Durante el mes pasado, el Ministro de Economía, Sergio Massa, señaló que el desempleo en Argentina bajó al 6,7%.

Pero para hablar de una tasa de desempleo mucho más realista, deberíamos aclarar algunos puntos:

En el período 2003-2015, la planta de personal del sector público creció en 1.000.000 de personas (particularmente, en Provincias y Municipios) sin que el Estado provea hoy mejores servicios públicos a los ciudadanos, que es el único motivo por el cual tiene que existir el empleo público. Esto significa que dicha cantidad de personas están ahí solo para militar, y eso constituye un robo para los contribuyentes y los buenos empleados públicos, que están cobrando menos de lo que deberían. Me refiero a policías, maestros, etc.

También hay que agregar a las personas que son beneficiadas por el programa Potencial Trabajo: 1.300.000. Están fuera de la oferta laboral, pero simplemente por quedarse con un trabajo de bajísima productividad. Si incluyéramos a esta gente con los que forman parte del sector público (1.000.000), Argentina debería tener realmente 2.500.000 de desempleados, y no 900.000.

Por lo tanto, la tasa de desempleo no sería del 6,7%, sino del 21%.

Sería bueno que los argentinos discutiéramos esto alguna vez, si queremos pensar en crecimiento sostenido a tasa alta y una reforma laboral que favorezca a los trabajadores.

Desde que asumió el Kirchnerismo, el deterioro de los niveles de vida de la sociedad se han acentuado de forma evidente.

Por ejemplo, si tomamos en cuenta el Salario Mínimo, Vital y Móvil contra la canasta de indigencia para la familia tipo, veremos que en Julio de 2017, el Salario Mínimo, Vital y Móvil superaba en un 44% la canasta de indigencia. En Diciembre de 2019, se ubicaba un 8% arriba. Y en Julio de 2022, un 8% por debajo.

Con respecto al salario registrado, en Julio de 2017, superaba en un 63% la canasta de la pobreza. En la actualidad, lo supera solo en un 33%.

Sobre los salarios reales, desde que comenzó el gobierno de Alberto Fernández, los únicos que crecieron fueron los del salario privado registrado; y apenas un 1,4%. En tanto, el salario del sector público cayó un 7,8%. El salario informal y las jubilaciones, un 11%.

En materia inflacionaria, el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) publicó ayer la cifra mensual del mes de Agosto de 2022: 7%. 

O sea que la tasa de inflación argentina se encamina al 100% anual (la más alta de los últimos 20 años).

Sin embargo, y ya pensando en 2023 y 2024, el gobierno no tiene ningún plan concreto para erradicar la inflación. No cuenta con ningún plan fiscal ni cuasifiscal.

Por su parte, los niveles de deuda pública (en los que Alberto va a incurrir) superarán los del mandato anterior. Durante el período de gobierno actual, la deuda pública va a tener el mayor crecimiento de la historia democrática, acercándose a los US$100.000M (sin incluir la deuda cuasifiscal). Dicho sea de paso, el gobierno debería prestarle atención al déficit cuasifiscal, porque ya es más grande que el déficit fiscal. Hay que entender que como contrapartida, el déficit cuasifiscal tiene los plazos fijos del dinero que la gente ha depositado en los bancos.

Prácticamente, Massa está puesto como Ministro de Economía para alargar la mecha de una bomba que está a punto de explotar, y lograr que eso le termine pasando al gobierno que asuma en Diciembre de 2023. Les guste o no, la bomba existe; porque con semejante agujero fiscal, cuasifical, deuda pública, atraso cambiario y escasez de reservas, la situación macroeconómica se ha vuelto completamente delicada e insostenible. 

En mi opinión, yo no creo que el gobierno logre postergar los desequilibrios sin devaluar hasta fines del año que viene. Por el contrario, veo bastante probable que en algún momento se produzca una crisis cambiaria, similar a la de 2018 o 2019.

Para el Kirchnerismo, va a ser muy difícil que esto termine bien.

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