¿Ley Contra el Odio o CENSURA en las redes?


Después del atentado a Cristina Fernández de Kirchner en el cual la han apuntado con un arma cargada en la cabeza, era obvio que se iba a desatar la discusión que estamos escuchando últimamente.

Pero si hay algo que me llama la atención, es que yo no veo a NINGÚN FUNCIONARIO del Frente de Todos apuntando contra el responsable (o sea, el tirador), ni pidiendo cárcel o cadena perpetua para él. Apenas ocurrió el caso, la culpa fue automáticamente redireccionada para la oposición política, mediática, los comunicadores, influencers y disidentes. Pero nadie está poniendo énfasis en el agresor que literalmente, disparó contra la cabeza de la Vicepresidenta sin que la bala haya salido. Eso me pareció un poco raro. Sobre todo, porque la acusación a los opositores fue INMEDIATA. Ni siquiera es que primero pidieron la condena para el muchacho y después, hayan empezado a predicar el cuento del discurso de odio. Para nada.

Lo primero que salieron a decir fue:

"El gatillo lo apretó Alfredo Leuco. El cargador lo puso Luis Majul. Y las balas las fueron a comprar Mauricio Macri y Javier Milei en la armería de Patricia Bullrich con el dinero de José Luis Espert".

Haciendo una reflexión sobre esto, quiero mostrarles algunas comparaciones, ya que en Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva dijo que si vuelve al poder, entonces va a revisar las redes sociales. En España, los comunicadores de redes tienen que ir al Estado socialista español y explicar cuál será su contenido a publicar, para que el Estado lo acepte o lo rechace. Y por supuesto que en Venezuela y Nicaragua, este tipo de ejemplos no son una excepción, ya que se dan en regímenes totalitarios con los que simpatiza el gobierno argentino actual, quien ya ha encontrado su excusa para callar voces e ir contra la libertad de expresión.

Por otra parte, hay una gran cantidad de encuestas que afirman que entre el 60-70% de la población argentina no cree que el atentado haya sido real. Con este dato no estoy abriendo el debate acerca de si estamos en presencia de un atentado o un autoatentado. Lo que quiero hacer es poner en evidencia la POCA CREDIBILIDAD del gobierno kirchnerista, que frente a este caso, salió a dar una Cadena Nacional, decretó un feriado al día siguiente, y cuando llegó ese día, estaban todos los argentinos laburando como si no hubiera pasado nada. Realmente, la gente no está convencida de que haya ocurrido un intento de magnicidio en Argentina. No se percibe ese clima, sea cual sea la verdad. Aquel viernes 2 de Septiembre, las plazas estaban llenas, había chicos haciendo picnics, gente paseando, parejas disfrutando del día, restaurantes abiertos, etc.

Esto me lleva a pensar que es poco probable que al oficialismo le salga bien usar políticamente este hecho a su favor. Dada la composición de la Cámara de Diputados, no creo que el gobierno pueda proponer semejante barbaridad y llevarla al Congreso. 

Básicamente, impulsar una Ley Contra el Odio es el equivalente a decirle a más de la mitad de los parlamentarios:

"Ustedes tienen la culpa de que un imbécil haya gatillado en la cabeza de la Vicepresidenta".

Además no creo que el Presidente de la Nación, Alberto Fernández, tenga la fortaleza suficiente para sacar semejante decreto de necesidad y urgencia, al tratarse de una idea nefasta.

La cuestión es que no parece haber miedo en la sociedad por un intento de magnicidio a la Vicepresidenta, que por cierto, aconteció en uno de los barrios más seguros del país. Recordemos que la abanderada de los conurbanenses vive en el barrio más exclusivo del distrito gobernado por la oposición.

En tanto, el Kirchnerismo hace esta jugada perversa, en la que dice que los discursos de odio, la oposición, la disidencia y la libertad de prensa fueron los que hicieron que un inadaptado gatillara sobre la cabeza de CFK. Y entre aquellos sectores a los que señala, aparece la Justicia. Pero la realidad es que la Justicia está simplemente INVESTIGANDO un caso de corrupción que involucra a la Vicepresidenta, ya que hay una causa de vialidad que la complica bastante. Además, posee una enorme cantidad de dinero que no sabemos de dónde sacó; los lavarropas del hotel que tiene no funcionaron nunca y sin embargo, ella decía tener los hoteles llenos, etc, etc, etc. Hay un montón de formas de cuestionarla. Y frente a eso, los diputados oficialistas argumentan diciendo que se está yendo contra Cristina porque la Derecha quiere proscribir al Peronismo. Siempre convierten un suceso en una bandera política. Es allí donde la oposición no tiene que caer. Y obviamente que todos estos mamarrachos, que parecen estar atornillados al carguito y no a las ideas, salen incluso a atacar mediáticamente a aquellos opositores que sí tienen los pies sobre la tierra y de verdad cuentan con sus convicciones.

Por el contrario, hay muchos políticos oficialistas que viven en un microclima que está lleno de aplaudidores, y no miden el humor social ni saben lo que vive el laburante promedio todos los días. Piensan que el país entero está conmovido por el atentado, y que es por eso que el feriado nacional es una idea buenísima para salir a repudiar el hecho y manifestarse, en un contexto en el que LA GENTE SE ESTÁ CAGANDO DE HAMBRE. Es gigantesca la cantidad de personas a las que les chupa un huevo que le hayan puesto un arma en la cabeza a una funcionaria pública (aún con la gravedad que eso implica). La gente tiene que abrir su comercio porque si no lo hace, no come. Aún habiendo trabajo, la mitad de la población sigue siendo pobre. Así que da la sensación de que esta vez, no van a servir ni el truco del oficialismo basado en la victimización, ni el truco de la oposición basado en la institucionalidad.

De un lado y del otro, la gente está harta de ver a tipos diciendo:

"¡Soy un estadista institucional, por eso salgo a solidarizarme!"

"¡Soy la autoridad, y voy a tratar una ley contra los discursos de odio!"

Este circo no da para más. Y los argentinos ya se están dando cuenta.

En cuanto al término "discurso de odio", este es un término actual para lo que antes era el "delito de blasfemia".

Por ejemplo, el oficialismo llama "discurso de odio" a recordarle al pueblo argentino lo que hizo este gobierno durante la pandemia.

Ahora bien, los kirchneristas pueden hacer féretros que digan "Macri", pegar afiches que digan "Haga patria, mate a un chorro" con una imagen de Mauricio Macri con un tiro en la cabeza, o que digan "Se busca cuerpo sin vida" con la cara de Patricia Bullrich. También pueden prender fuego un muñeco de Macri, o llamar públicamente a derramar sangre en las calles (como hizo Juan Grabois hace muy poco tiempo), mientras que Graciana Peñafort puede advertirle a la Corte Suprema que si no se arregla cierto conflicto por la razón, se arreglará por la sangre. Y así puedo poner un sinfín de ejemplos en los que ellos pueden hacer estas cosas, que se supone que no son "discursos de odio" bajo ningún punto de vista. Por algo Cristina le dijo a su militancia desde el balcón de la Casa Rosada que ellos son el amor; y nosotros, el odio.

En simples palabras, "discurso de odio" es decir la verdad, y hacerle saber al pueblo argentino que los gobernantes actuales son una manga de hijos de recontramilputas.

Y lo que buscan con esta ley es tener el control total de las redes sociales.

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