El dogma de las feministas modernas
El Feminismo de la Cuarta Ola es un dogma, y este es el motivo exacto por el cual sus militantes se enojan cuando alguien cuestiona dicha ideología, tal como hace un fanático religioso.
Y en este dogma o sectarismo llamado Feminismo, el gran "pecado" es ser una mujer esbelta, bonita, que cuida su cuerpo y tiene amor propio. Esto es lo que hizo Alina Akselrad (una chica de la Provincia de Córdoba), quien fue elegida como Miss Universo Argentina a fines de 2020. Las feministas de la cuarta ola la atacaron sistemáticamente en la red social Instagram. Todo por haber participado en un concurso de belleza y no comulgar con los estereotipos que promueve el Feminismo Moderno. En cambio, si Alina hubiese pesado 600 kilos o fuera un hombre disfrazado de muñeca inflable, la habrían aplaudido. Eso fue lo que hicieron con la mujer transexual Miss España.
Cuando una mujer se deja el pelo largo, se maquilla, se peina, se pone un vestido, los tacos, está cumpliendo con las normativas del estereotipo, el heteropatriarcado opresor, el "cis-tema", etc. Pero cuando un hombre es el que hace todo eso, poniéndose 30 kilos de teta en prótesis, afeitándose las piernas, depilándose, hormonándose, y siguiendo todos los estándares de belleza de una Barbie, lo festejan.
Además la industria de la moda, que es la que promueve los estándares de belleza supuestamente perpetuados por el patriarcado, está mayormente dominada por mujeres y homosexuales; así que en la industria de la moda, el patriarcado parecería no tener mucho protagonismo...
Y si hay una razón por la cual las militantes feministas se escandalizan cada vez que una mujer se pone un escote, es porque el Feminismo Moderno es terriblemente machista. Le dice a la mujer cómo tiene que pensar, qué tiene que decir, cómo tiene que votar, cómo tiene que vestirse y de qué puede trabajar. Y no estoy exagerando ni un poco. Yo les recuerdo que hace apenas unos años, no solo han prohibido los concursos de belleza (que le han dado oportunidades laborales a muchas mujeres), sino también los trabajos de azafatas de Fórmula 1 y promotoras de TC 2000. Es más, en reiteradas ocasiones, le han deseado la violación a Lu Palaveccino, una militante provida argentina. Se supone que las feministas modernas se oponen a la violación, al femicidio, etc; pero cuando ven a una mujer con un pañuelo celeste, se olvidan de aquella lucha que dicen dar; entonces, salen con frases como:
"El día que te violen, te vas a dar cuenta de cómo nos necesitás a nosotras".
Y por supuesto. Si no toleran a las mujeres que no coinciden con ellas, no es de extrañarse que consideren a todos los hombres como violadores en potencia, o que hayan estado promoviendo el odio hacia el hombre desde hace poco más de un lustro.
Por algo escribían estas cosas en las paredes:
"¡Yo soy un aliado!"
"¡Soy un deconstruido!"
Pero al final, esos tipos eran los que cagaban violando y matando a las mujeres...
Por su parte, las feministas de cuarta ola creen ser disidencias, cuando en realidad, el discurso que predican es el mismo de Netflix, Starbucks, Hollywood, los medios hegemónicos y la oligarquía política. Ellas aparecen en TODOS LADOS, a diferencia de los conservadores (que son censurados cada vez que abren la boca). Por ejemplo, estas chicas son tan poco disidentes que levantan la bandera del aborto, que se legalizó gracias a los políticos y la propaganda de los medios masivos. De hecho, el New York Times apretó al país a través de una contratapa, con la intención de que el aborto fuera legal en Argentina. Dicho sea de paso, en la década del 70, la Izquierda Latinoamericana consideraba el aborto una "aberración imperialista".
Y si este Feminismo Cool se dedica a combatir al hombre común, al hombre normal, es porque resulta mucho más fácil hablar de un "patriarcado", de "potenciales violadores", y toda esa filosofía barata, que ponerse a laburar haciendo leyes que permitan que los criminales terminen encarcelados. Por eso es que le declaran la guerra a puros conceptos, enemigos imaginarios, y hasta a los dibujos animados; como Pepe Le Pew o Dragon Ball. Esto también explica por qué hacen escándalos cuando una celebridad cuenta un chiste inofensivo; siempre y cuando no sea del mismo color político. Claro está.
El Progresismo se caracteriza por definir, decidir y decretar que todo es violación excepto la violación; tal es así que cuando se trató la prisión efectiva en el Congreso, las referentes políticas feministas Myriam Bregman, Victoria Donda, Mayra Mendoza, Luana Volnovich, Fernanda Raverta, etc, no votaron a favor de que los violadores se queden presos. Al contrario. Votaron en contra. Lo mismo hicieron con el registro para violadores.
De todas formas, este relato fantasioso, que consiste en echarle la culpa de todos los males al hombre heterosexual, se terminó de caer luego de que un chico de cinco años llamado Lucio Dupuy fuera asesinado por su madre y la pareja lesbiana. O sea, no eran personas de sexo masculino ni heterosexuales. Y con esto no estoy diciendo que en realidad, el problema sea la mujer y la homosexualidad, sino que es mentira que todas las mujeres sean impolutas, sagradas, incapaces de matar a alguien, etc.
Hay hombres culpables y mujeres culpables.
Hay hombres inocentes y mujeres inocentes.
La maldad no tiene género.
La perversión no tiene género.
La violencia no tiene género.
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