La inflación argentina no da tregua
El Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) dio a conocer la inflación mensual del mes de Abril; del 6%.
Matemáticamente, si la inflación argentina se mantuviera a este ritmo a lo largo de los próximos 12 meses, la cifra sería equivalente a 101% a niveles anualizados. Estamos hablando de una trituradora de salarios fenomenal.
Lo que sí es bastante probable es que la inflación de 2022 esté en un piso del 70%; y no descartaría que lleguemos a bordear los tres dígitos. Sería la inflación más alta en los últimos 30 años. Desde la caída de la hiperinflación heredada por Carlos Menem que no se ve algo semejante. Esto muestra la GRAVEDAD EXTREMA del problema inflacionario en el cual nuestro país está metido hoy.
Por su parte, la inflación mensual de Argentina es la tercera más alta en el mundo, incluso por encima de la que alcanzó Venezuela (4,4%). También superó la de países que se encuentran en medio de una guerra, refiriéndome a Ucrania (3,1%) y Rusia (1,6%).
Gran parte de la sociedad argentina está muy enojada y fastidiosa con total razón. Así que en vez de mentirle, habría que hablarle con absoluta claridad y realismo acerca de lo que hay que hacer en Argentina, de manera tal que la gente vote dicha propuesta. Los gobiernos son votados por los ciudadanos; por lo tanto, nosotros también somos responsables de la inflación que sufrimos. La administración actual está generando más problemas que la anterior, que ya era mala. Y si nos vamos más para atrás en el tiempo, veremos que Argentina ha tenido problemas de inflación crónica durante muchas décadas ininterrumpidas; desde hace casi un siglo.
Lo primero que hay que entender es que la inflación no es por culpa de los empresarios, los supermercados, los demonios, y toda esa sarta de pelotudeces que dicen los funcionarios kirchneristas. La inflación es un problema de índole MONETARIO. Y si no entendemos esto, entonces vamos a vivir con inflación toda la vida, mientras nos morimos nosotros, nuestros hijos y nuestros nietos. Y como la inflación es un fenómeno monetario, ésta debería resolverse bajando la cantidad de dinero y dejando de emitir pesos para financiar el déficit fiscal, el cual hay que eliminarlo; porque sino, va a aparecer un problema de endeudamiento y consecuentes defaults. Y para eliminar el déficit, es necesario bajar el gasto público.
Como hay mucha oferta de dinero y poca demanda (reflejada en la inflación), habría que generar algún nivel de confianza. Para ello, habría que exigirle al gobierno que pare con esta pelea payasesca, en donde Cristina Kirchner y Alberto Fernández no paran de tirarse mierda entre ellos. Lo más justo sería que ambos renuncien y caiga el Frente de Todos, porque no son diferentes uno respecto del otro. Pero si eso no pasa, entonces algo tienen que hacer dada la preocupación de la gente con la economía. La interna entre Alberto y Cristina perjudica a todos los argentinos y las argentinas.
El único consejo que le puedo dar a mis compatriotas es que se saquen rápido los pesos de encima y compren todo lo que puedan. Hay que huir del dinero. Por lo menos hasta que los impresentables que nos gobiernan hagan algo con la inflación.
Si miramos el lado positivo, las cosas que hay que hacer para cambiar el país se están conversando con más frecuencia que hace unos años atrás. Cada vez hay más personas que conjugan los verbos que antes mencionábamos solo los liberales, como apertura económica, reforma laboral o achicamiento del Estado.
Argentina puede contar con movilidad ascendente; pero la condición es adoptar las medidas de los países en donde la gente vive bien. Algunos ejemplos pueden ser Australia, Nueva Zelanda, Irlanda o la India, que han impulsado reformas promercado de manera exitosa.
Cuando Irlanda empezó con las reformas promercado, era el país más miserable de Europa. Hoy, tiene un ingreso per cápita que es 10% más alto que el de Estados Unidos. La India instrumentó este tipo de reformas en los años 90; y actualmente, tiene un ingreso per cápita 11 veces más grande. O sea que estas recetas funcionan.
La clase política tiene que ponerse de acuerdo en realizar cinco cosas completamente diferentes, y que por supuesto deberían ser votadas. Por eso el espacio político liberal hace muy bien en decir que es necesario un cambio, y en trabajar en lo posible con el resto de los políticos para que entiendan las propuestas.
Argentina necesita:
1) Vincularse al mundo con el comercio, para exportar todo lo que se pueda.
2) Reducir drásticamente el tamaño del Estado, para que no haya déficit y se bajen los impuestos.
3) Una reforma laboral, para incentivar a las empresas privadas a contratar gente y permitir que los trabajos en negro desaparezcan.
4) Una reforma de la Seguridad.
5) Una reforma educativa.
Esto puntos son prácticamente de sentido común, más que de Liberalismo. No tienen signo ideológico. Y mientras no los discutamos, Argentina va rumbo a ser la villa miseria más grande del mundo.
En todo caso, podemos discutir a qué velocidad los llevamos a la práctica y por dónde empezamos. Pero de la manera que sea, hay que ir por este camino, si queremos que a Argentina le vaya bien en el futuro y deje de estar condenada a caminar sobre una cama con clavos.
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