El Feminismo Moderno es una payasada


El Feminismo Moderno es una payasada, y esto se puede demostrar cuando vemos la reacción de las militantes neofeministas ante aquellas personas que tratan de hacer una crítica constructiva al colectivo del cual forman parte.

Aunque sea una idiotez del tamaño de una casa, consideran que el hecho de no acatar su dogma incuestionable lo convierte a uno en el culpable de los asesinatos de mujeres que hay en el mundo, ya que supuestamente, esa persona está reafirmando la misoginia.

Pero déjenme decirles que los culpables de los femicidios que hay día tras día en nuestro país no son aquellas personas que brindan "discursos de odio" cuando cuestionan al Feminismo. En absoluto. Los culpables de los femicidios son los CRIMINALES.

Además sepan que mis cuestionamientos están muy lejos de ser "discursos de odio", porque únicamente consisten en decir, por ejemplo, que si las propuestas que hacen las feministas para combatir los asesinatos de mujeres son hablar con la letra E y dar cursos de deconstrucción en las universidades, entonces va a haber cada vez más asesinatos (lamentablemente). NO es ese el camino. Si el Ministerio de la Mujer propone pintar asientos de color rojo para concientizar sobre los femicidios, entonces los femicidas se van a cagar de risa y los asesinatos se van a seguir dando uno atrás de otro.

También hay que remarcar que "odio" no es más que un término actual para lo que antes se llamaba "blasfemia". Aquel que cuestionaba lo establecido por el poder era un "blasfemo". Y quien actualmente cuestiona lo impuesto por todos estos colectivos que tienen mucho apoyo político, mediático y económico, es alguien que está "lleno de odio".

Dentro de este discurso berreta, las feministas actuales sugieren que nadie puede decir impunemente que una persona es en verdad del sexo con el que nació, retrotrayéndose al oscurantismo. Es curioso, porque para ellas, quienes hacen esos comentarios están "atrasando mil años", y parecería ser que es al revés. Esto me recuerda al Medioevo, cuando se castigaba a un científico por decir que los astros y el Sol no giran alrededor de la Tierra, tal como hacía el Santo Oficio. En el pasado, cualquier persona que planteara un argumento científico que refutara las ideas del poder de turno era condenado a torturas, confinamiento o a la hoguera. Y hoy, las feministas modernas niegan la ciencia cuando ésta se interpone con sus ideas y persiguen a todo aquel que divulgue conocimiento que derribe las estupideces que imponen.

En el caso de las militantes K, la idiocia es aún más notoria, porque van detrás de cada periodista o funcionario disidente armándole causas de violencia de género o acoso sexual, como pasó con los tweets de Waldo Wolff y Fernando Iglesias. En cambio, cuando Florencia Magalí Morales aparece muerta en una celda durante el gobierno que a ellas les gusta, se quedan calladas. 

Es más, suelen decirle "machito" a cualquier hombre que no esté de acuerdo con sus ridiculeces, ignorando que "macho" o "machito" se le ha dicho siempre al hombre fuerte y valiente. Los "machos" NO violan; a diferencia del cobarde de José Alperovich. Y lo menciono ya que en Argentina, hay muchas feministas que adhieren a la narrativa del Kirchnerismo y han votado a este gobierno. Del mismo modo que no escrachan a Jorge "Loco" Romero, otro senador kirchnerista denunciado por abuso sexual; o a José Schulman, que golpeó a una mujer laburante en la cara de todos nosotros. Y puedo seguir poniendo más ejemplos similares.

Mejor háganse cargo de eso, y de haber creado un sinfín de ministerios que no han resuelto ninguna de estas problemáticas (como el Ministerio de la Mujer). Asimismo, reconozcan que han apoyado a referentes que votaron en contra del endurecimiento de penas para violadores cuando el Feminismo no estaba de moda, en vez de tildar de "misógino" o "machito opresor heteropatriarcal" a cualquier boludo que se anima a criticar esta ideología. 

Por cierto, acá hay una contradicción importante, ya que ellas están asumiendo el género de la persona que opina sobre el Feminismo, al fijarse en el aspecto biológico. Las feministas dan por sentado que están debatiendo con un hombre porque se centran en los parámetros biológicos; al ver su altura, peso, tamaño, etc.

Muy extraño... ¿No era que el género estaba desconectado de la biología humana?

Si no te gusta haber nacido con pija, está todo bien. Cortatela. Pero no digas que la ciencia se equivoca; porque ya estuvimos ahí en la historia, y es un pensamiento MUY peligroso, porque se ha cobrado muchas vidas y ha atrasado bastante la forma de adquirir conocimiento. Digan lo que quieran, autopercibanse como quieran, siempre y cuando no pongan ideas nefastas por encima de la ciencia. Sean felices y no hinchen las pelotas al resto; así como ustedes piden que tampoco los jodan. Basta de querer imponernos la forma de hablar y pensar (ya sea política o religiosamente), porque esos no son más que dogmas anticientíficos. En este caso, al sostener que "la ciencia se equivocó cuando dijo que yo era varoncito porque me puedo autopercibir un sánguche de milanesa".

Por otro lado, es increíble cuando repiten frases verdaderamente absurdas, como "vas a correr, machito" o "el miedo ha cambiado de bando" (aunque haya un feminicidio por día en Argentina en lo que va de 2022). Para esta gente, TODO ES FÚTBOL.

Otra forma de entender por qué el Feminismo de la Cuarta Ola es realmente una mentira que no está resolviendo nada es observando marchas como las del 8M cuando se conmemora el Día de la Mujer, ya que nunca se muestra un resultado que evidencie un nexo causal entre la marcha y la solución a la violencia doméstica y el abuso sexual. El 8M no es una marcha, sino un festival organizado para que las feministas modernas vayan a entretenerse y sacarse selfies con su maquillaje y su pañuelito verde. No tiene un MÍNIMO de seriedad. 

A propósito, cabe destacar que el Día de la Mujer es aquella fecha en la que aparecen los principales enemigos de las feministas; o sea, los hombres que de manera sumamente amable y respetable les desean un feliz día de la mujer, y no los femicidas, los violadores, los abusadores o los acosadores; porque recordemos que estas resentidas sociales son tan PELOTUDAS que le declaran la guerra a cualquier tontería, como la "heteronormativa", el "patriarcado", el "sistema heterocapitalista", etc; pero nunca a los verdaderos responsables de esta problemática, que son los tipos que violan y matan.

En los últimos años, la violencia contra la mujer se ha incrementado. De hecho, las propias estadísticas de la página Ni Una Menos arrojan una suba de los asesinatos de mujeres a casi el doble desde 2015. Las violaciones y lo que denominan "feminicidios" han crecido; a pesar del apoyo político, el dinero público que se destina año tras año en nuestro país, la existencia de incontables oficinas, departamentos, organismos estatales, el respaldo mediático, la ayuda de organizaciones internacionales (como Netflix), y el financiamiento por parte de grandes fundaciones (como Rockefeller, Open Society Foundations, etc). 

Aún con todos los cañones a su favor, el Feminismo Moderno ha sido DESASTROZO a la hora de resolver estos problemas.

Y acá es donde aparece un factor clave, que es el costo de oportunidad. Cuando uno utiliza los recursos para hacer políticas públicas que son precisamente malas, puede generarse un efecto inverso al que se espera. Por ejemplo, si pensamos que la causa de todo el malestar de la mujer es un fantasma llamado Patriarcado, y le damos a las referentes feministas sus ministerios, oficinas de género y un presupuesto para que "derriben" al patriarcado alentando a las mujeres empoderadas a salir a las calles a levantar carteles antipatriarcales en los 8M y a gritar que van a tirar abajo ese monstruo imaginario e intangible (mientras los femicidas y violadores siguen haciendo de las suyas), entonces no hay que sorprenderse si la situación por la que atraviesan las mujeres sigue prácticamente igual o se agrava.

Aprovechando que escribo esta nota, me gustaría hacer otra refutación, que es la siguiente:

Es falso que los femicidios se mantienen constantes y la suba tenga que ver con que se están visibilizando, bajo la noción errónea de que hace unas décadas, los asesinatos de mujeres se denominaban de otra manera. Por ejemplo, en el año 1989, el boxeador Carlos Monzón asesinó a una mujer llamada Alicia Muñiz en una discusión de pareja. El periodismo argentino y los jueces no trataron esto como un acto de "violencia de género", sino como un "crimen pasional". Algo parecido sucedía cuando una mujer golpeada iba a la comisaría con la cara completamente hinchada, ya que el título de la carátula podía ser "lesiones". Pero este argumento es rotundamente falso; porque aún estando ya visibilizados (es decir, siendo considerados como actos de "violencia de género"), los femicidios son mayores si los comparamos con los del año anterior, como puede ser cuando vemos los datos de 2021, 2020, 2019, etc. No hace falta remitirse a la década del 80, cuando los asesinatos de hombres a mujeres no tenían la misma designación que hoy. 

Si pensamos que la realidad se cambia simplemente modificando el nombre de un asunto, ESTAMOS COMPLETAMENTE ERRADOS. Esto no es algo diferente a lo que hace el gobierno kirchnerista al llamar "barrios populares" a las villas; como si eso mágicamente sacara de la pobreza a la gente que vive en dichos lugares. A los problemas no hay que ponerles un nombre. Hay que ARREGLARLOS. Por ende, vuelvo a remarcar que no es cierto que las cifras no hayan empeorado.

Dicho sea de paso, no nos olvidemos de que la violencia NO tiene género. Si un hombre mata a una mujer, es lisa y llanamente un asesinato; al igual que si una mujer mata a un hombre, una mujer a otra mujer, o un hombre a otro hombre. Y en cualquiera de los cuatro casos, lo que hay es una guerra entre buenos y malos, más que una guerra entre hombres y mujeres.

Lo ideal sería buscar soluciones genuinas, en vez de inventarle nombres distintos a los hechos de violencia contra la mujer o hablar con la letra E, como si dichas iniciativas generaran una "conciencia de género". Esto no se trata de visualizar las desgracias que ocurren, sino de erradicarlas. Los violadores no se van a asustar si les hablamos en lenguaje inclusivo. Eso no nos va a dar una suerte de superpoderes que los haga salir corriendo cuando están por violar a una mujer. Para mí, una de las formas de prevenir es metiéndole una bala en la cabeza al violador, más que diciéndole "¡No nos violen a todes les chiques!"

Por favor, cortemos con todo este relato fantasioso y demencial; porque indudablemente, está recontralleno de mentiras.

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