¡¡¡Johnny Depp ganó el juicio por difamación!!!


Se ha derrumbado la piedra fundacional del Feminismo de Cuarta Ola, que es el dogma de creerle a una mujer por el mero hecho de ser mujer.

Así es cómo empiezo redactando esta nota, acerca de lo que fue el veredicto que le puso fin al "guacha, yo te creo".

El tiempo nos dio la razón. Johnny Depp logró visibilizar ante todo el mundo lo que algunos de nosotros advertíamos durante años.

Ayer, Depp ganó el juicio por difamación que le hizo Amber Heard, tras el artículo que esta arpía publicó en el Washington Post en el año 2018, subiéndose a la moda neofeminista, persecutora e inquisidora de varones.

Pero afortunadamente, la persecución ha terminado. Se ha derrumbado el lema principal del Feminismo Moderno, que consiste en darle la razón a una mujer solo por tener vagina.

A las personas (hombres y mujeres) no se les debe creer por su género, sino por la calidad de los elementos probatorios que aporten para sostener un argumento. Eso es justamente un factor elemental de la igualdad que tanto predican: que la palabra del hombre y la mujer valgan exactamente lo mismo. Y si una acusación no está sustentada con elementos fácticos y observables que acrediten los dichos, entonces dicha acusación no vale nada.

No se puede volver a los tiempos oscuros de la historia, en los que una persona era juzgada y condenada por su condición y no por sus acciones. Las feministas lloran porque las llaman "feminazis"; pero bien que persiguen a las personas por lo que son y no por lo que hacen.

Johnny Depp llevó adelante este juicio porque quiso ponerle un freno a las denuncias falsas de mujeres mentirosas contra hombres inocentes. Incluso lo dijo él mismo. 

Y cabe decir que las víctimas de estas denuncias falsas no son únicamente los hombres inocentes, sino también las mujeres que VERDADERAMENTE sufren violencia, y son invisibilizadas porque todas las cámaras están apuntando a Amber Heard.

Depp se le plantó a la dictadura de género, pegándole una trompada en la boca del estómago al NEFASTO Feminismo de Cuarta Ola.

De todas formas, ahora depende de nosotros continuar arremetiendo contra los políticos y los poderosos, que fomentan y aprovechan esta moda inquisidora para manipular masas y cooptar idiotas útiles.

Depende de nosotros ponerle punto y final a los falsos ministerios, que se sirven del dinero del pueblo para censurar caricaturas, mientras en Argentina, una mujer es asesinada por día en lo que va de 2022.

Depende de nosotros terminar con las listas negras de disidentes elaboradas por feministas, como las repugnantes Ingrid Beck, Soledad Vallejos, Paula Hernández, Florencia Alcaraz, Paula Rodríguez y el salame de Juan Elman.

Depende de nosotros deshacernos de las editoras de género, como Marina Abiuso, que cada día está más GORDA gracias a los negocios que hace, censurando y controlando gente. Esta persona desagradable avaló y destacó la lista negra que recién mencioné. Mejor seguí morfando hasta reventar, BALLENA INCOGIBLE.

Depende de nosotros acabar con las zurdas hediondas diciendo que le creen a la mujer solo por su sexo o género en los medios financiados con nuestros impuestos.

Depende de nosotros hacer desaparecer los colectivos que persiguen a hombres inocentes, mientras sus referentes legislan, abogan y fallan en beneficio de los violadores, los pederastas y los asesinos de mujeres.

Todo esto depende de nosotros. Pero apurémonos, porque ya estamos llegando un poco tarde.

Ya es tarde para el pequeño Lucio Dupuy, su padre, sus abuelos, su familia.

Ya es tarde para Agustín Muñoz y todos sus seres queridos.

Ya es tarde para Javier Messina.

Ya es tarde para Thomas Pérez Ruiz.

Ya es tarde para Florencia Magalí Morales y Solange Muse, ignoradas y abandonadas por los colectivos feministas luego de morir como perros bajo el gobierno que a las "sororas" les gusta.

La dictadura de género está cayéndose a pedazos. Pero les aviso que no llegamos a tiempo.

Hace por lo menos un lustro que nosotros veníamos haciéndoles saber que esto estaba ocurriendo. Asimismo, algunos también estamos advirtiendo cómo puede terminar esto si no le ponemos un freno, tal como lo hizo Johnny Depp.

Es hora de finalizar con el cuento de que todo aquello que cuestiona o desafía lo establecido por el poder hegemónico es un "discurso de odio". Esa es una actitud típicamente medieval. Significa llamarle "blasfemia" a toda palabra que se oponga al status quo.

Todo lo que estas propagandistas de la misandria han hecho debe volverles multiplicado por tres. Y de eso, tenemos que encargarnos nosotros.

Por poner un caso local, lo que le pasó a Johnny Depp fue prácticamente lo mismo que le sucedió a Guillermo Pardini; y por supuesto que hay muchos otros hombres que han perdido sus trabajos y vieron sus carreras truncadas por años. Las divulgadoras de la inquisición misándrica también son cómplices de eso. Varias vidas se han arruinado. Varias muertes injustas se podrían haber evitado. Y varias denuncias reales se podrían haber visibilizado.

De cada joven suicidado tras un falso escrache, el Neofeminismo también es cómplice. Y está prohibido olvidarlo.

Señoras, señores: el día de ayer hay que recordarlo como la fecha en la que casi capturan al capitán Jack Sparrow.

Comentarios