Prohíben el lenguaje inclusivo en las escuelas porteñas


Tras el Censo Nacional de 2022, que demostró que el género no binario no es más que una anomalía correspondiente al 0,12% de la población, celebramos la caída de una de las mentiras predicadas por la mitología de género.

Asimismo, celebramos el triunfo de Johnny Depp en los tribunales, al derribar la piedra fundacional del Feminismo de Cuarta Ola, que consiste en este dogma de creerle a la mujer por el mero hecho de ser mujer.

Y hoy, celebramos la prohibición del lenguaje inclusivo en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Quizás ustedes eran muy chicos o no habían nacido, pero hace ya varios años que algunos pocos advertíamos sobre la estupidez que implica el lenguaje inclusivo. Es digno de una generación infantiloide creer que reemplazar una letra por otra en nuestro lenguaje va a resolver rápidamente las problemáticas de las mujeres y las minorías.

El lenguaje inclusivo fue una falsa solución mágica que la clase política le ofreció a un pueblo manipulable, para evitar trabajar en políticas serias que pongan fin a la trata de personas, la violencia doméstica, el abuso sexual, los asesinatos de mujeres y la homofobia. 

De este modo, crearon un lenguaje al que le pusieron de nombre "inclusivo", cuando sabemos que no tiene nada que ver con enseñar el verdadero lenguaje inclusivo (como puede ser el braille o lenguaje de señas). Se trata simplemente de cambiar la letra O por la E en cada palabra.

Y no solo no ha resuelto nada, sino que ha empeorado y causado nuevos problemas.

Antes de referirme a ellos, les pregunto:

¿Qué creen ustedes que pasó con las problemáticas de las mujeres cuando la clase política proponía el lenguaje inclusivo como solución a éstas?

AUMENTARON METEÓRICAMENTE.

Aclaro que no estoy diciendo que los femicidios o la violaciones sean por culpa de que un sector de la población hable con la letra E. Lo que digo es que acá hay una dirigencia política que le hace creer a la gente que hablando con la letra E, las mujeres van a dejar de ser violadas y asesinadas; de manera tal que si una problemática se abarca de esta manera, obviamente que va a dar malos resultados.

A diferencia del nombre que se le ha puesto, yo más bien diría que este es un lenguaje exclusivo. Sí. Exclusivo para idiotas dispuestos a creer que realmente pueda resolver algo...

Al margen de eso, no es una exageración decir que el lenguaje que se ha buscado instalar en la sociedad sea exclusivo; porque gracias al mismo, han sumado otro problema, que es el siguiente:

Psiquiatras, psicólogos, pediatras y especialistas de todo tipo realizaron un sinfín de estudios que concordaron en que el uso del lenguaje "inclusivo" produce retrasos importantes en el aprendizaje (principalmente, en las personas con dislexia), problemas en la comprensión de textos básicos y dificultades en quienes están aprendiendo a leer.

O sea que literalmente, el lenguaje inclusivo EXCLUYÓ a todas estas personas...

Y fue por los mismos estudios realizados con base en evaluaciones educativas de la Ciudad de 2020 y 2021 que el gobierno porteño decidió quitar de todo tipo de currícula oficial esta malformidad pseudoprogresista, que no hace más que volver idiotas a los jóvenes.

Además, en 2019, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) también había llegado a esta conclusión, luego de demostrar que en Argentina, más de la mitad de los alumnos de 15 años no comprenden lo que leen (52,1%). Así lo estableció a través del informe del Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes, conocido como pruebas PISA. 

A pesar de esto, nuestros dirigentes políticos quisieron darse el lujo de confundirlos más de lo que ya están, alterando las normas del idioma.

La cuestión es que necesitaron hacer una serie de estudios científicos para darse cuenta de lo obvio. Pero al fin y al cabo, ahora tenemos respaldo científico para seguir gritando a viva voz que esta neolengua es una estupidez colosal e infantil que no solo no resuelve absolutamente nada, sino que además AGRAVA los problemas ya existentes.

Para variar, quien está muy enojada con la decisión del gobierno de la Ciudad es la legisladora feminista Ofelia Fernández, defensora acérrima del lenguaje inclusivo. Esta mujer es la dirigente que lideró varias tomas de escuelas en las que se encubrían los abusos sexuales producidos allí para "no darle de comer a la Derecha". También es la misma persona que comparte su espacio político con los senadores José Alperovich y Jorge "Loco" Romero, ambos denunciados por abuso sexual (uno de ellos, procesado por haber reiterado reiteradas veces a su sobrina).

Se ve que para esta legisladora, es más preferible juntarse con abusadores de mujeres que hablar con la letra O. Esas son las prioridades del Feminismo de la Cuarta Ola...

Quienes también están indignadas con la prohibición del lenguaje "inclusivo" son las diputadas Myriam Bregman y Victoria Donda, que votaron en contra de la cárcel efectiva para violadores en 2016. Por lo visto, a ellas les duele más no poder hablar con la letra E o escribir con la X, que dejar violadores sueltos...

Otra mujer que está muy dolida con esto es Romina Del Pla, quien se abstuvo al votar sobre la penalización de la tenencia de pornografía infantil en 2018. A ella le es indiferente que se consuman videos cuya existencia y comercialización dependa del abuso sexual de niños, pero le parece mal hablar con la letra O...

En eso consisten las políticas de nuestras representantes feministas...

Mejor dejemos de mentirle a la gente, muchaches. Empecemos diciéndole la verdad, como puede ser aprovechando esta oportunidad.

A propósito, es tan grande la ignorancia que hay en mi generación, que hasta he escuchado a gente decir que las personas que no están de acuerdo con el lenguaje "inclusivo" no quieren reconocer que en realidad, lo rechazan porque son misóginas y homofóbicas. 

¿Pero saben qué? 

Los misóginos y homofóbicos no son aquellos que están en desacuerdo con esta estupidez.

El misógino es aquel que odia a las mujeres, y el homofóbico es aquel que odia a los homosexuales.

Y dicho odio se manifiesta a través de la agresión física, verbal, o conductas similares; NO expresando una opinión en contra de una medida superflua, irrelevante, que no le va a cambiar la vida a nadie y encima hace daño, tal como se acaba de demostrar recientemente. Y si vamos al caso, la misoginia y la homofobia ya existían MUCHO TIEMPO ANTES del surgimiento de la lengua castellana, así que dejen de decir pelotudeces.

Independientemente de las autopercepciones o las orientaciones sexuales, a las personas se las puede respetar sin que sea necesario hablar con la letra E, ya que el respeto no pasa por la forma en la que hablamos, sino por la manera de relacionarnos con el prójimo; sin agredirlo. Por eso es absurdo que los movimientos LGBTI condenen la prohibición del lenguaje inclusivo argumentando que eso "atenta contra el derecho a la identidad".

Dicho sea de paso, fíjense lo DEBILITADA que está la sociedad, que se ofende y hace tremendo escándalo únicamente por no hablarle en lenguaje inclusivo...

Para cerrar, quiero decir que hemos dado un paso importante en la batalla cultural. La propuesta del lenguaje inclusivo como solución a las problemáticas de la mujer (mientras se votaba a favor de los violadores en el Congreso y se los excarcelaba sin controles durante la pandemia) no ha sido más que un opio para una generación de chiquilines dispuesta a creer en soluciones fantasiosas. 
Hoy, ese opio está dejando de existir; y debemos abrir paso a soluciones concretas, efectivas y reales.

El próximo paso es modificar el esquema actual de la Educación Sexual Integral, que de educación, tiene poco y nada...

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